Page 24 - Revista Corredera 2019
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La irrupción a nivel internacio- nal de líderes como Donald Trump en EE.UU. o Jair Bolsonaro en Brasil, suponen más inseguridad y un retroceso a nivel global.
no pueden ser los mismos en África o en Brasil que aquí en España, sencillamente, porque el contexto también es otro. Por su parte, Soto también cree que se debe poner la vida en el centro y que se debe eliminar cualquier opresión pro- pia del sistema. Además, desde su experiencia como enfermera añade: “He estudiado enfermería y pienso que las personas somos como células eucariotas, es decir, que somos muy complejas. Creo que la vida en sí misma es com- pleja y tenemos que asumir esa complejidad huyendo de la hegemonía de los poderes”. El mundo, pues, parece ha- berse convertido en una gigantesca célula eucariota, cada vez más compleja en sí misma. Si las mujeres retroceden en cuanto a derechos y libertades se refiere, retrocedemos todos. En palabras de Lidia Gelardo: “El hecho de que estos líderes se expresen abiertamente en temas que parecían ya superados produce incertidumbre, pero no se puede vivir con miedo, nos toca luchar y trabajar más si cabe”.
LA ULTRADERECHA
Las actitudes misóginas con las que se expresan cuando hablan de las mujeres no debería dejar a nadie indiferente.
En España la incursión del partido de Santiago Abascal en Andalucía produce estupor, de derogarse la Ley de Vio- lencia de Género como pretende nos encontraríamos con mujeres en una completa situación de inseguridad. Esto quiere decir que si la ley ya llega a ser insuficiente con los pocos recursos que se destinan, ahora tendríamos a mujeres ante un panorama de vulnerabilidad total. Ante esta situa- ción Lidia Gelardo añade: “las mujeres empoderadas lle- garán a un momento en el que les dará igual las consecuencias que les pueda acarrear el hecho de luchar por sus derechos”. Actualmente, los espacios para hombres contra el patriarcado todavía son muy minoritarios y para darle la vuelta a esta situación como sociedad aún nos queda mucho por reflexionar. En muchas ocasiones se tra- baja para que las mujeres no sufran esa violencia en el entorno doméstico o laboral, pero en realidad, se trata de educar en igualdad a hombres y mujeres. Además, es im- portante no culpabilizar a la víctima, algo que se ha lle- gado a ver en infinidad de ocasiones. Por lo tanto, es indispensable este movimiento que trata de empoderar a todas las mujeres independientemente del colectivo al que pertenezcan. Todavía queda mucho camino por recorrer y el único camino posible es avanzar.