Page 329 - La Libreta Gris - La otra crónica de Elche: 2008-2017
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Supercristina votó –eso aseguran desde el equipo de gobierno– la semana pasada en la junta de gobierno a favor de bajar el importe del IBI un punto porcentual (no se regocijen: son solo tres euros menos en un recibo de 300) y establecer un fondo para subvencionar con cien euros a las familias más necesitadas. ¿Y cuáles son esas familias? Pues todo eso quedará establecido en un reglamento que se aprobará a primeros de año. O sea, que otra subvención a tarifa plana, después de lo de los libros escolares. Un montante total cercano al millón de euros, cantidad que el Ayuntamiento dejará de ingresar el próximo año, que ya es dinero, pero en cualquier caso mucho menos que los cinco millones que supondría rebajar un 10%, con la desaparición del recargo que aplicó el ministro Montoro hace tres años para sanear los ayuntamientos, y al que el PP local aplicó una propina del 5% porque Latour y Alonso eran así. Eso es lo que la oposición –y no pocos militantes socialistas– le pide ahora al gobierno plural y de progreso: que si tiene lo que hay que tener, no se quede en un punto y baje diez. Esto serían 30 euros menos en una tarifa de 300, que tampoco es que dé para irse a comer a La Finca. Pero bueno, una rebajita del IBI por aquí y otra de las piscinas por allá ya dan para un bocata en el Villalobos. Eso sí, sin cartucho de olivetes i variants. El PP, como es natural, exige que la rebaja de la contribución se lleve a sus últimas consecuencias, el 10%, y que todo lo que no sea eso será subir, no bajar. Argumenta el popular Vicente Granero que ahora la economía ya va mucho mejor –que se lo pregunten a Rajoy para más datos– y con unos ligeros en los gastos se podría paliar la merma de los cinco millones en el capítulo de ingresos. Ciudadanos y Partido de Elche secundan la petición, pero eso sí: cada uno desde su despacho, sin juntarse a tomar café ni nada de eso. El tripartito dice que nanai, que todo de golpe no, que irá bajando un poco cada año, según vayan las cuentas, porque hay muchas necesidades sociales que atender.
Llegados a este punto, retomamos el hilo conductor y volvemos a Martínez, a la que dejamos cavilando sobre el voto de su grupo de dos en el pleno de mañana. El verso libre del tripartito no quiere que le hagan la envolvente con cifras que no se cree. Se debe al pueblo y solo busca lo mejor para los/as ilicitanos/as. Así que aunque votó que sí a las modificaciones fiscales para 2016, en realidad tenía los dedos cruzados bajo la mesa. Ya desvelará cuando llegue el momento cuál será su decisión, siempre que no tenga ninguna vida que salvar. En cualquier caso, nadie le puede reprochar a la edil que se estudie las cosas a conciencia; al contrario, hay que animarla a que siga atenta a todo lo que se cuece dentro y fuera del
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