Page 339 - La Libreta Gris - La otra crónica de Elche: 2008-2017
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problemas de agenda para no ir a la primera reunión. Fuentes no consultadas pero que sabemos lo que piensan apuntan a que este invento es una forma subrepticia –o no tanto– de que las portavoces de Compromís e Ilicitanos, dos formaciones abiertamente opuestas al proyecto, aprieten más la pinza al asunto, a los técnicos y, de paso, al PSOE; además de dilatar el proceso aún más, claro. La oposición no ha desaprovechado la ocasión para denunciar que si no están ellos esto suena a paripé y a maniobra dilatoria, además de acusarles de oscurantismo, como los que aprobaron el proyecto (bueno, esto Vicente Granero no lo ha dicho, pero Caballero y Pareja, sí).
Llegados a este estado de cosas y circunstancias, no hay más remedio que desplegar la pizarra y coger los rotuladores veleda para tratar de confeccionar un esquema que nos sitúe mejor en la cuestión que nos ocupa. Anoten. El PP aprobó y adjudicó en solitario, y con notables disenciones en su propio grupo, el proyecto del nuevo Mercado Central. Frente al mismo se creó una plataforma en contra del proyecto, en la que se integraron PSOE, Compromís e Ilicitanos, que estaban en la oposición aunque ahora son socios en el gobierno local, y que en cumplimiento del mandato popular, se oponen a llevar adelante el tema. El PSOE, que cuando gobernó impulsó una iniciativa similar para construir un nuevo y moderno mercado, a costa de derribar el histórico y monumental edificio actual, después se opuso con el mismo ímpetu, o más, a dicha actuación cuando pasó a la oposición en 2011. Lo mismo que antes argumentaba que se podía prescindir sin problema del inmueble racionalista, defendió después su mantenimiento a toda costa. El PP, por contra, se opuso radicalmente al proyecto cuando estaba en la oposición, para pasar a asumirlo, aprobarlo y adjudicarlo unos años después, ya en el gobierno, con algunos cambios y plazas de parking más. La Dirección General de Patrimonio en manos populares puso reparos a los socialistas para demoler el edificio, luego con el PP en el gobierno dijo que abajo con él sin remilgos y ahora, dirigido por el bitripartito del Botànic, dice, en consonancia con el gobierno triangular local, que ni tocar un ladrillo. ¿Se va aclarando la cosa? Me lo temía. Bien, pues no dejen los rotuladores lejos, que otro día haremos otro cuadro sinóptico, con líneas rojas y azules, de lo que hará el gobierno escaleno para cargarse el proyecto sin que parezca que lo hace. Y no olviden que siempre nos quedarán las catas arqueológicas... (24/01/16)
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