Page 111 - La Libreta Gris - La otra crónica de Elche: 2008-2017
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pocas horas en ver si la crisis ha hecho mella también en el número de propuestas para el 22-M o, al contrario, como hay más parados y ociosos que hace cuatro años, proliferan más. Menos mal que está por medio la Semana Santa y, excepto que algún candidato ansioso se suba encima de un paso para pregonar las bondades de su programa a ritmo de cornetas y tambores, tendremos un breve remanso de paz hasta después de la mona. Pero luego, prepárense que vamos ya con la directa. Al final verán cómo, aunque no esté para llover, acabará diluviando. Cojan los paraguas, por si acaso. (17/04/11)
¡ESO FUE TODO, AMIGOS!
Bueno, pues se acaba lo que se daba. La actual corporación municipal echa el cierre con la sesión plenaria del pasado martes, y aunque el equipo de gobierno seguirá al mando de la nave hasta que tome posesión el nuevo ayuntamiento, el 11 de junio, entramos ya en tiempo de descuento. Quedarán aún algunas escaramuzas del popular Manolo Latour insistiendo en sus invectivas de despilfarradores y manirrotos contra la coalición gubernamental socialista–compromisaria, y alguna réplica de Emilio Martínez o Alejandro Pérez recriminando a los del PP su catastrofismo y estosehundismo, pero poco más. Irremisiblemente toca a su fin un mandato iniciado en 2007 bajo el síndrome del "¡uy, por qué poco!", acusado durante estos cuatro años tanto por los socialistas como por los populares, a causa de esos 112 votos que dieron la victoria al PSOE y a Alejandro Soler, aunque a costa de arrojarse en brazos de Àngels Candela, en un forzado matrimonio sin amor y por el mero interés materialista de lograr la alcaldía. Hemos vivido una etapa con mucha (demasiada, excesiva) crispación política, inflamada por el caso facturas y con un total y absoluto desencuentro entre la primera autoridad municipal y la portavoz de la oposición y aspirante al sillón presidencial, Mercedes Alonso, que se ha pasado estos cuatro años sin acudir a la junta de portavoces, rompiéndose así cualquier puente de entendimiento ni en los más pequeños asuntos. Así las cosas, no es de extrañar que tras el último pleno no hubiera ni siquiera la foto de familia que era habitual en la despedida de la corporación. No fuera cosa que a algún compañero/a bromista/o se le ocurriera poner los cuernos con sus deditos por detrás de alguna cabeza. Tampoco estaba el patio
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