Page 252 - La Libreta Gris - La otra crónica de Elche: 2008-2017
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vendían sus superiores de la recuperación económica; algo, aunque fuera una miaja, con que contrarrestar la incredulidad, cuando no el puro hastío de la ciudadanía. Un anhelo no exento de temor por que los brotes verdes fuesen pasto de los ganados de cabras antes de sacar flores. Los socialistas, por su parte, se confabulaban con Antonio Rodes –bueno, unos con él y otros, como se vio más adelante, contra él– para revertir tanto sufrimiento causado por la política de la pérfida alcaldesa, que solo buscaba su provecho personal y no el beneficio general de sus administrados. Los dos pesos pesados de la política local velaban sus armas ante el que iba a ser un curso de mucha refriega, de mucho tanteo, de mucho tiki-taka, preparativo de la batalla final por el sillón presidencial de 2015. Eso es lo que parecía y ya ven donde estamos diez meses después. Tenemos a una Alonso en la plenitud de sus facultades políticas, con los parabienes de todas las cúpulas del PP para ser lo que ella quiera (dentro de un orden y una jerarquía, se entiende). Y mucho más pletórica aún, si cabe, tras el hundimiento de su adversario político. Tan encantada está de haberse conocido que a su habitual derroche de simpatía añade anuncios de reducción de impuestos y hasta plantea crear una zona franca de tiendas del calzado en pleno centro histórico. Como lo del puerto seco que propugnó al poco de llegar a la alcaldía se quedó tan amojamado como su mismo nombre, ahora va por otro gran plan generador de empleo, riqueza y bienestar (sobre todo para los pies). Pero no vayan a pensar que nos van a inundar de contenedores y mercancías ultramarinas la Glorieta y las plazas adyacentes, ni que los tráileres van a copar la Corredora en un incesante ir y venir. Tampoco se hará navegable el Vinalopó para facilitar el atraque de cargueros transatlánticos. No, no es esa tipo de zona franca. Se trata de que, para activar la apertura de tiendas, va a aplicar suculentas rebajas impositivas a quienes alquilen locales cerrados o abran tiendas de zapatos, para que se vea que Elche es la Shoes City of the Woooooorld. Latour, que hace tiempo que no dice nada para que no se le tuerzan las cuentas municipales, ahora que ya las ha conseguido encarrilar, hizo un gesto contrariado al oír lo de las exenciones fiscales (pero tampoco mucho, porque estaba más pendiente de la dimisión de la ministra socialista Magdalena Álvarez: ¿y si está equivocado con sus aspiraciones al Banco Central Europeo? El Europeo de Inversiones tampoco parece mala opción). Pues bien, allí estaba la primera autoridad local, imaginándose cómo quedará el camino de baldosas amarillas del Carrer Ample. "Ay, Luis Ángel, me reclaman todos por ahí fuera, pero como en casa no se está en ningún sitio", le susurró a su
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