Page 297 - La Libreta Gris - La otra crónica de Elche: 2008-2017
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concejales un gran peso de encima (menos a Rodes, que no sentía ninguno desde hace tiempo). Queda aclarado: no los envía a sus casas porque lo hayan hecho mal, aunque tampoco ha dicho que lo han hecho bien, ni regular. Se van porque llegan otros tiempos y el ancien régime ya es historia. Se queda Díez porque alguno tiene que quedarse para explicar a los nuevos ediles cómo funciona la fotocopiadora y donde están las cajas de folios. Claro que si consiguen la alcaldía no hará falta todo eso, porque se encargará el personal de confianza. Habrá algún resabiado que se desmarque de la consigna de prietas las filas argumentando que no ha habido integración y que los nombres no son los mejores, por mucho que lo pregone su número uno. Bueno, pues ya se verá, porque no hay vuelta atrás. Como si las anteriores listas municipales del PSOE hubiesen sido un dechado de integración: las hacía quien mandaba en ese momento –Diego Maciá, Alejandro Soler...– con gente afín y marginando por completo a los adversarios. La diferencia es que al menos a estos les quedaba el consuelo de quejarse –moderadamente– en la asamblea, pero la propuesta oficial salía adelante, con la notable excepción de cuando el president y secretario general del PSPV, Joan Lerma, quitó en 1987 a Maciá del número 1 y puso a Manuel Rodríguez. Ahora, en este estado de excepcionalidad en que se encuentra la agrupación socialista local, la gestora asume las funciones de la junta general de militantes y es la que bendice la lista y Valencia la santifica. Y a quien no le guste, que se queje en las redes sociales. Probablemente a González no le guste esta componenda final, por las concesiones que ha tenido que hacer a la otra parte contratante –enemiga declarada hasta el pacto de germanor de las primarias–, pero le pasa como al entrenador al que le fichan desde la directiva jugadores que no le gustan. Una vez cerrado el equipo, tiene que tratar de ganar partidos con lo que hay, porque es el último responsable. El candidato socialista sabe que se juega mucho, no solo recuperar la alcaldía, sino demostrar a quienes le criticaron –y lo siguen haciendo– que este pacto antinatura ha valido la pena. De lo contrario, su futuro en la oposición y en el partido se antojaría harto complicado. ¿Se dejará barba? (22/03/15)
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