Page 370 - La Libreta Gris - La otra crónica de Elche: 2008-2017
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concluido que la masa opositora de PP, Ciudadanos e Ilicitanos sumaría un peso atómico de 14, frente a los 13 del tripartito (PSOE, Compromís y Partido de Elche). Hasta ahí bien. Más o menos todos tenemos estudios básicos o una calculadora a mano. Martínez y Durá han cavilado, además, que si hay que presentar el revocatorio, ahora es el momento, antes de que llegue Navidad y se reblandezcan los corazones. Aseguran que la gestión municipal es un desastre absoluto y que en los seis meses que Ilicitanos lleva fuera del gobierno la cosa ha ido de peor a pésima. Pero hay que ponerse de acuerdo. Y ahí lo dejan. En el PP, supuestamente los más interesados en la caída del tripartito, no quieren oír hablar de volver a unir sus destinos con quien les causó no solo la pérdida de la mayoría absoluta en el Ayuntamiento, sino buena parte de la sangría de votos y de ediles populares. Además, Mercedes Alonso todavía tiene atravesado en el cerebelo aquel intento frustrado de moción revocatoria a Alejandro Soler, del que no guarda muy grato recuerdo, y ahora prefiere seguir dedicada a sus asuntos, cualesquiera que fueren. Y nada digamos de Ciudadanos, machacados hasta el aburrimiento por @CMR (Cristina mismamente) y que tan cómodos se encuentran en esa antesala del gobierno aunque manteniendo su pisito de solteros y sin compromiso (je, je). "Lo que tiene que hacer Cristina Martínez es dejarse de tonterías y ponerse a trabajar de una vez", sentenció el portavoz ciudadano, David Caballero, resumiendo un sentir generalizado entre los integrantes de la bancada opositora. Consciente de lo inviable de su ensoñación –al menos de momento– la portavoz ilicitana se limita a decir que es solo una elucubración epistemológica. El problema es que hay quien se puede tomar estas divagaciones de una tarde-noche de verano en serio y pasa lo que pasa.
Mientras tanto, el tripartito se moviliza, por lo que pueda suceder. La concejal del área, Esther Díez, cambió momentáneamente esta semana la bici por el autobús híbrido y comprobó que no es lo mismo sujetar un manillar con un timbre de pulgar por todo aditamento, que un cacho de volante con infinidad de botoncitos, lucecitas y mandos. Va a estudiar si compran alguno de estos modernos y sostenibles vehículos o, por el contrario, se adquiere una flota de biciclos con motorcito eléctrico (vamos, unos mosquitos 3.0), que también se sostienen lo suyo. Veremos. Su compañera a la par que portavoz compromisaria, Mireia Mollà, celebró también la Semana de la Movilidad motorizándose junto a un grupo de veteranos moteros. Haciendo gala de su talante participativo y su habitual simpatía, se subió a una custom tras la presentación de la Ruta Mototurística
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