Page 393 - La Libreta Gris - La otra crónica de Elche: 2008-2017
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los populares, y así se lo volvió a decir en la sesión. Al parecer, según los indicios reunidos por el equipo de investigación popular, los ediles ciudadanos se encaraman de madrugada hasta Calendura y desde allí se deslizan, cual ninjas palmereros, por la fachada de la casa verde hasta los aposentos populares, donde fotografían y escanean todas las ideas y papeles que encuentran en su sigiloso y rufianesco recorrido. "¿De dónde si no iban a sacarse 70 propuestas para los presupuestos, si no llegan ni a 30?", vino a argumentar el contumaz azote del tripartito y adláteres. Por eso no pudo reprimirse y le espetó al portavoz de C's que tenía mucha jeta, por robarles las proposiciones y dejarlos sin ninguna iniciativa que presentar a las cuentas municipales. Eso no es juego limpio. Pero no quedó ahí la cosa. Porque, sembrado como estaba, el viceportavoz popular acusó a Mireia Mollà de contar "trolas". La compromisaria replicó que para troleros, los del PP, y la cosa, como era de suponer, siguió por estos y otros derroteros. Y mientras, el IBI sin bajar.
Y eso que Granero y los suyos no sabían aún en ese momento que Mollà estuvo en una fiesta de Nochevieja en Torrellano y que intervino, como autoridad que es, para evitar que la Policía Local cerrase el local antes de que casi hubiesen acabado de engullir las uvas, por tener música sin permiso y duplicar el aforo. Si Granero lo llega a saber, la hubiese llamado, además de trolera, juerguista y aforada. O algo peor. El tema lo denunciaron los ediles de Ilicitanos, Cristina Martínez (@CMR) y Fernando Durá, que gracias a su red de informadores secretos camuflados en farolas, papeleras y en el delco de algún coche patrulla, se hicieron con el atestado que levantaron los agentes del incidente. Mercedes Alonso y su jefe provincial y sin embargo amigo, José Císcar, tras comer el viernes con la jefa regional, Isabel Bonig, y afiliados y cargos comarcales, pusieron el grito en el cielorraso del restaurante, y entre brindis, discursos y las muestras de sana camaradería que caracterizan al partido, declamaron que el comportamiento de la lideresa compromisaria era más que grave, gravísimo, y que iban a ver si emprenden alguna acción. No especificaron si sería civil, penal o bursátil, pero bien podría el PP presentar una moción para que se prohíba a la edil torrellanense entrar en fiesta alguna, cantar en excursiones en autobús y gesticular en los plenos. Para que aprenda a respetar las normas y a los agentes. Mollà, por su parte, niega la mayor, y asegura que no estaba de parranda, que ella únicamente pasaba por allí y que medió con los agentes a petición de sus convecinos para evitar un altercado si se desalojaba el local en plena Nochevieja. Y que solo llamó por teléfono al jefe policial para
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