Page 42 - La Libreta Gris - La otra crónica de Elche: 2008-2017
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Pero no le duró mucho la alegría a la primera autoridad porque poco después, Alonso materializaba su terrible venganza al poner a Soler ante la Justicia por unas facturillas mal pagadas y peor cobradas. El alcalde, acosado y acorralado, echaba sapos y culebras por la boca contra la portavoz popular y sus acólitos, mientras era saeteado, cual moderno san Sebastián, desde todos los ángulos por las huestes populares (algunos inconvenientemente trajeados; otros, a pelo), y algún que otro de los suyos que también se sentía traicionado en su buena fe. A todo esto, el fuego purificador de la portavoz popular en forma de flamígeras querellas, denuncias, recursos, casaciones y algún que otro procedimiento abreviado, chamuscaba de rebote a Avilés, que seguía la acción agazapada detrás de un ficus. Y no sólo eso, sino que sus cábalas para obtener prebendas en forma de un escaño europeo esgrimiendo la amenaza de otra enajenación política transitoria en el pleno, se vinieron abajo de forma estrepitosa. Incauta como ella sola (lo que demuestra que en el fondo es una buena persona), renunció a su sillón municipal antes de tener asegurado el de Bruselas. "Me lo habían prometido", decía entre sollozos desde un rincón de la Plaça de Baix. "¡El PSPV no paga a traidores ni a traidoras, aunque sean compañeros o compañeras!", le contestaba el coro desde lo alto de la torre de Calendura (algo apretados, eso sí), con Soler como corifeo (mientras, aprovechaba, ya que estaba allí, para dar los cuartos). "¡O trista de mi, on iré? Oh, món cruel, jo què faré?", se lamentaba mientras miraba hacia el cielo. "¡Donde las dan, las toman!", bramaba el coro una y otra vez. "¡Me vengaré! ¡Oiréis de mí y no cosas buenas!", clamaba mientras hacía mutis por el foro de regreso a la Marina Baixa.
Y en el último capítulo, los tribunales dicen que lo de las facturillas de Soler son pelillos a la mar y que con que escribiera cien veces en la pizarra "No lo volveré a hacer más", tema zanjado. El alcalde, paseado a hombros por la Plaça de Baix por Alarte, Pajín, Barceló y compañía, a los gritos de "¡Campeones, campeones, oé, oé, oeee!". Pero allá en la lontananza (más o menos por el Pantano) se oye de nuevo la voz de Alonso (con el efecto especial de Latour): "¡Volveré y mi venganza será terrible!".
Así que atentos a la nueva temporada. (12/07/09)
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