Page 8 - Las Clarisas en Elche
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Prólogo
hermanas que a lo largo y ancho de estos 500 años, vivieron su vida en el anonimato, bajo la mirada de Aquel que todo lo ve. En este excelente enclave, nos enriquecimos tanto nosotras como el pueblo, pero lamentablemente, por circunstancias naturales, no quedaron muchas huellas de aquel paso ya que, a consecuencia de la fuerte tempestad descargada sobre Elche en diciembre de 1853, desaparecieron todos los vestigios. «Señor mi suerte está en tu mano, me encanta mi heredad, mi lote eres Tú».
Monasterio de la Merced (1853-2007)
Por una primera permuta con el Ayuntamiento, que nos cedió a cambio del nuestro, el monasterio de la Merced, en ese lugar nuevamente volvimos a co- menzar. La prueba no fue fácil, pues siempre de un modo u otro surgían los in- convenientes que las hermanas sabiamente gestionaron. En el año 1936, nuestra comunidad volvió a perder, ahora toda su historia escrita, porque desapareció en las llamas de la Guerra Civil.
Con el paso del tiempo, hemos intentado reconstruirla y, porque el Señor así lo quiere, esto ha sido posible gracias al testimonio oral y a alguna docu- mentación que, por diversos motivos, se encontraba archivada en instituciones públicas y que ahora ha sido estudiada.
La crónica contemporánea ha sido facilitada por nosotras, las hermanas ac- tuales, que seguimos siendo puente de amor entre Dios y el pueblo de Elche con todo lo que comporta el ser ilicitanas, compartiendo las alegrías y sufrimientos, sus fiestas tradicionales, y embelleciéndolo con nuestra entrega, siendo los pul- mones con el verdor de la gracia y de la esperanza en este nuestro mundo de hoy.
La recopilación de los datos históricos desde nuestros orígenes hasta el día de hoy, y el ordenarlos minuciosamente para que todos los podamos leer y así conocer nuestra identidad de Hermanas Clarisas de Elche, es una gracia, fruto de un cuidadoso y arduo trabajo realizado con fechas, nombres propios y situaciones reales, documentadas con el mayor rigor y fiabilidad posible, por su autor Joan Castaño. Le agradecemos enormemente y de corazón esta inmensa e impagable labor realizada como un homenaje a las Hermanas Clarisas de todos los tiempos en estos cinco siglos de presencia ininterrumpida en nuestra ciudad.
Teníamos hasta ahora un sentimiento de orfandad, porque desconocíamos nuestra propia historia. Gracias a este trabajo, ilustrado magníficamente por Sixto Marco, podemos conocer toda la riqueza de lo que han vivido las Herma- nas Clarisas en la ciudad de la Virgen, lo que nos mueve a cantar un cántico de amor y de gratitud al Señor, Padre de las Misericordias. En medio de nuestras
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