Page 151 - Riegos El Progreso
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La plantilla de El Progreso a partir de este año se concretaba en dos trabajadores en el Salto de Hoya de García, tres personas dedicadas a la venta de agua y el personal administrativo y de limpieza –otras tres personas como máximo– en la sede social. En caso de necesidad puntual, se acudiría a la contratación de trabajadores eventuales. El año 99 se consiguió vender la antigua Subestación de la carretera de Matola por millones de pesetas69 y en diciembre se recibió una oferta de venta de la parte de la sede social dedicada a la venta de agua por 0 millones de pesetas0.
La ampliación de capital obligó, lógicamente, a una nueva redacción de los estatutos de la sociedad. Es significativo que, frente a las alternativas que se plantearon en los años anteriores, no se modificara el objeto de la Sociedad, reflejado en su artículo o: “La Sociedad tiene por objeto, bien directamente o a través de otras sociedades participadas con objeto idéntico o análogo al aprovechamiento, elevación y venta de aguas para el riego agrícola, la producción de energía eléctrica para el consumo propio y venta de la misma”. Igualmente, el artículo o establecía el nuevo capital social, fijado en 55.200.000 pesetas, capital dividido en 24.000 acciones.
El año 996 marca el inicio de una recuperación y, sobre todo, de la superación de la crisis aguda por la que había pasado la empresa. La venta de agua alcanzó una cifra “normal”, en torno a millones de pesetas y más de millones la venta de electricidad, con unos beneficios globales que superaron, por primera vez en la historia de El Progreso, los millones de pesetas. Aún así, se recurrió a una nueva operación de crédito con el Banco Popular por valor de siete millones de pesetas. El Consejo decidió también que el mantenimiento de las instalaciones del Salto de Hoya de García fuera llevado a cabo por la Sociedad Eléctricas del Vinalopó S.A.
En 99, superado el ciclo de sequía, fue, como reconocía la Memoria, “un buen año”, con agua procedente tanto de la cuenca del Segura como del Trasvase Tajo- Segura. Se vendió electricidad por valor de más de millones y más de millones de pesetas por venta de agua, con unos beneficios de más de 26 millones, a pesar de los 0 millones gastados en salarios –la mitad en indemnizaciones por despidos-. Fue, pues, el año en que la reforma tecnológica llevada a cabo en la Central de Hoya García surtía efectos, con tan sólo dos trabajadores. Respecto a la venta de agua, se mantenían cuatro puestos de trabajo y por parte del Consejo se consideraba que no generaba beneficios pero tampoco grandes pérdidas, aunque, en esta parcela, para el Consejo resultaba evidente que no tenía sentido afrontar ninguna reforma tecnológica porque la demanda de agua y la precaria situación de la agricultura local no ofrecía garantía alguna de mayores beneficios. Pero, en definitiva, el Consejo presidido por José Sepulcre había conseguido sanear completamente una empresa que había estado
69 Acta del Consejo de Administración del de mayo de 99.
0 La sala dedicada a la venta de agua acabaría vendiéndose en 99 y se adquirió un pequeño local dedicado
exclusivamente a la venta de agua.