Page 21 - La revista musical y las variedades en Elche
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Los orígenes de la revista musical española
Hasta que el género de la revista se convirtió en nuestro país en un producto autóctono, siguió un proceso de desarrollo y maduración. Nuestra revista musi- cal se nutrió de elementos de la zarzuela, del sainete y también del music-hall, y se desarrolló principalmente en Madrid como un género musical menor, con características propias, que lo diferencian del musical americano.
La revista, una modalidad del género chico, procede de las llamadas revistas del año, de los Bufos y del sainete: de las revistas del año toma la yuxtaposición de escenas y la sátira política de actualidad; de los Bufos, la espectacularidad y el atractivo erótico de las bailarinas, y del sainete lírico los ritmos de los bailes de moda y el folklore urbano y regional.
Recordemos que las grandes zarzuelas, que podían dilatarse durante horas, acabaron acortándose por razones comerciales cuando se impuso el teatro por horas, que permitió representar cuatro obras en el tiempo que ocupaba antes una (Espín Templado: 1995).
La definición y delimitación del género chico como entidad, aparte de su carácter más o menos cómico, era su duración. Para ello hubo que acomodar las grandes zarzuelas que quedaron en género chico, no como un arte menor sino como una reducción, que con el paso del tiempo dio en la modalidad teatral conocido por revista.
Además existieron diferencias internas importantes desde el teatro sin música, como comedias y sainetes, con multitud de denominaciones, hasta el teatro musical como las zarzuelas, sainetes líricos y revistas, que también se designaron de diversa manera.
El teatro musical español conoció así, durante cuarenta años, un inusitado flo- recimiento merced, casi exclusivamente, a este “género chico” que se ofrecía en la práctica totalidad de los teatros madrileños con el mismo sistema por horas, que no tardó en difundirse a provincias. Este sistema se mantuvo en pleno vigor desde 1870 hasta 1910. A partir de esa fecha comenzó a decaer, renaciendo otra vez el interés del público a las obras líricas extensas, de más envergadura argumental y musical (Espín Templado: 1987).
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