Page 153 - La Libreta Gris - La otra crónica de Elche: 2008-2017
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tienen fijado un tiempo límite para intervenir". Y detalla algunas artimañas filibusteras: "Se suelen leer en voz alta libros de recetas, novelas, hasta que se pospone la sesión". Un caso histórico famoso fue el de Catón el Joven, de quien se decía que era capaz de hablar durante días enteros con tal de frenar las iniciativas legislativas de Julio César. Bueno, bueno, por fin sabemos a qué venía la obsesión de la alcaldesa y su grupo por limitar el tiempo de las intervenciones de la oposición en los plenos a dos o tres minutos. ¡Era para pararles los pies a los filibusteros de la oposición! Y el cronómetro que blande en las sesiones Mercedes Alonso no es en realidad lo que parece, sino una metafórica espada con la que hace frente, como la Elisabeth Swann de Piratas del Caribe, a los embates de la pérfida oposición, que al mando de un Alejandro Pérez transmutado en el espectral Davy Jones, trata de hundir el navío municipal a base de andanadas de mociones y más mociones, y de ráfagas de verborrea inútil, displicente y malencarada. De eso, nada.
Así es que a partir de ahora van a pasar pocas mociones de la oposición a los plenos. Se rechazarán en la junta de gobierno directamente y no se dará pie a que se debatan ante el respetable. Total, si se van a rechazar igual, para qué perder el tiempo en debates. ¿Para que el reprobado Antonio Rodes se luzca cara a la galería siempre criticando, como si fuera de la oposición? De eso nada. Además, los socialistas ya hacían la criba cuando gobernaban, así que de nuevo prueban su propia medicina. Eso sí, todas las mociones que sean, por ejemplo, de apoyo a la mujer trabajadora (pero sin Marxa Per Tu, que eso ya no se lleva), a los niños desvalidos, a los patos del Hondo o a la coca con sardina, esas tendrán vía libre. Que no digan que el PP impide el sano debate democrático. Dicen desde la oposición que esta maniobra contra el filibusterismo no es más que una reacción a las críticas de ocultismo del gobierno popular (de PP). La bandera de la Santa Transparencia con la que Alonso guió a sus tropas a la victoria electoral ha quedado arrumbada, dicen, tras descubrirse tejemanejes en los sótanos tales como la prórroga con alevosía y nocturnidad de la contrata de basuras, o el ocultamiento de la negativa de los bancos a dar más créditos al Ayuntamiento. Puede.
Pero lo de bajar a la cripta para huir del escrutinio público también tiene sus ventajas. Por ejemplo, el concejal Luis Ángel Mateo ha descubierto en el subsuelo del negociado de Contratación cerca de 11.000 licencias de apertura de negocios pendientes de tramitar. Las hay incluso desde los años 60 (y no se descarta que, a medida que se vaya escarbando, salga alguna hasta de la época de los Reyes Católicos). Así, no es de extrañar, según
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