Page 157 - La Libreta Gris - La otra crónica de Elche: 2008-2017
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cuadrar las cuentas, con los recortes, el más por menos y el coste cero, y lo has demostrado". "Me doy cuenta de que estoy más preparado que nunca para ser concejal de Hacienda", respondió el funcionario en excedencia parafraseando al expresidente Camps. Prosiguió Mercedes Alonso: "Sí, Manolo, pero no serás realmente reconocido por tus compañeros como un auténtico Master del Universo hasta que no les demuestres que eres capaz de cumplir el presupuesto hasta el último céntimo. Esa es la nueva misión que te encomiendo. Ve y cúmplela". Latour tenía el presentimiento de que siendo concejal de Hacienda en estos tiempos sus alegrías, si es que se dieran, serían tan efímeras como las promesas de los políticos de no subir impuestos. Pero aceptó el desafío y, pertrechado de su inseparable calculadora científica salió de la Sala del Consell con el legajo bajo el brazo (la verdad es que llevaba el presupuesto en un pen pero le pareció que el tocho de papeles surtiría un efecto más dramático, como así fue) para prepararse ante su siguiente desafío: defenderlo en el pleno. La certeza de la victoria no le resta emoción, pensó el concejal, y volvió a su retiro a prepararse a conciencia para el envite con la quejumbrosa oposición.
Unos pensarán que les cuentas del PP están bien, otros (la oposición, por supuesto), que están mal, pero ahí están los presupuestos. "Ya, pero tres meses tarde", apostillará algún tocanarices. Vale, pero aparte de ese pequeño contratiempo (ocasionado, evidentemente, por lo mal que dejaron los socialistas las cuentas y porque, además, escondieron la regla, el cartabón y el compás, y no se podían hacer las gráficas, los quesitos y las tablas), Latour ha cumplido con su compromiso. "Ahora me voy a tomar una cervecita...", se le oyó decir tras dar la rueda de prensa sobre el asunto, con el tono que da la satisfacción del trabajo bien hecho. La cuestión es que se miran los papeles y todo cuadra. Y además, con superávit, aunque avisa que será para tapar el agujero que han dejado los de antes. Nada de alegrías. Por un lado, se rebaja algo el gasto corriente y de personal, se dan unos pequeños recortes a cultura, deportes y saraos festivos varios; se renegocia el tema de la limpieza, y se poda un poco más por aquí y por allá. Por el otro se le da un empujoncito (hacia arriba) a la presión fiscal, se colocan por enésima vez la venta de unos solares municipales, se dejan caer unos ingresos extra correspondientes a algún premio de la bonoloto o la primitiva y ¡eureka!, todo cuadrado. No como los socialistas, que eran un desastre tratando de hallar la cuadratura del circulo presupuestario, y todo lo que les salían eran rombos y elipses. Este sí que es un presupuesto "realista" y con los pies en el suelo. Unas cuentas que van a ser la envidia de la Comunitat
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