Page 194 - La Libreta Gris - La otra crónica de Elche: 2008-2017
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gobierno municipal, sino una reunión del Consejo Económico y Social; y tampoco se ha realizado en el templo arciprestal, sino en la modesta ermita de San Sebastián, desacralizada y relegada a sala de audiovisual del Museo de la Festa. La cuestión es que a la alcaldesa se le ocurrió que ese sería el marco adecuado para darle la solemnidad que requería la presentación a los representantes de la sociedad ilicitana de los presupuestos municipales para 2013. Y allí, a los pies de la Virgen de la Asunción y del Cristo crucificado, en el lugar donde aún resuenan las voces de los cantores de la Festa en sus ensayos de antaño, y con el San Sebastián asaeteado de la fachada como viva y real representación de la situación del contribuyente ilicitano en los tiempos que corren, allí, digo, Mercedes Alonso y sus lugartenientes Manolo Latour y Vicente Granero, explicaron la que nos va a caer el próximo año, presupuestariamente hablando. Y de paso, se encomendaron a la Patrona y al Redentor para que se cumplan unas cuentas que sobre el papel y con los quesitos de colores quedan muy bien, pero luego viene la cruda realidad y las hace trizas.
Por el momento, lo que tenemos son las cifras desnudas, y de entrada salta a la vista que la partida que más crece sea la de Seguridad Ciudadana, con una subida de 400.000 euros, frente a Acción Social, que aumenta solo 240.000 euros, con la situación de emergencia que hay en muchas familias ilicitanas. ¿Qué pasa aquí? ¿Ha aumentado la delincuencia y no nos hemos enterado? ¿Hay más delincuentes que necesitados? ¿Requerimos refuerzos para combatirlos? Tranquilos, parece que no. Se trata de que hay que poner en marcha la reorganización de la Policía Local, con la creación de varias unidades nuevas, que por lo visto no podían esperar a tiempos mejores presupuestaria y económicamente hablando: la unidad de vigilancia ciclista –que ya se presentó este verano y que, contrariamente a lo que se dijo entonces, se ve que de coste cero, res de res–, la policía de distrito –en el enésimo intento, aunque se le ha quitado lo de "barrio" para que no suene a lo mismo que se viene prometiendo desde época del primer alcalde democrático, Ramón Pastor– y, lo más curioso de todo, la unidad canina, para vigilar que no se trafique con droga en las proximidades de los colegios e institutos. Vuelven los televisivos Rin Tin Tin y el cabo Rusty, en versión local y ampliada. No sé si algún ilicitano –además de la alcaldesa, claro– había echado en falta este servicio en la ciudad. Es posible que haya alguno, y hasta dos o tres, que no digo que no. Desconozco si serán tantos quienes sitúen a esa futura unidad de elite perruna entre las prioridades a la hora de gastarse el dinero de sus impuestos. "Ya, ya, mucha demagogia y tal –
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