Page 197 - La Libreta Gris - La otra crónica de Elche: 2008-2017
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alcaldesa seguía pensando que hacía falta algo más, un elemento definitorio, que diera singularidad al lugar y representara las esencias de la ciudad. Y así fue cómo se le ocurrió lo de la bandera. Pero tenía que ser a coste cero, porque si no, no. Iniciadas las pesquisas se solucionó lo del poste: una de las farolas que se retiraron del aparcamiento clausurado del Hospital General y una mano de pintura. Hecho. Faltaba lo principal, la tela rojigualda. Hechas las gestiones con el embajador y exministro guerrero popular Federico Trillo, a ver si le quedaba alguna de aquellas tamaño king size de la época de la reconquista de la isla de Perejil, el resultado fue negativo. El Gobierno de ahora no tiene ni para los banderines de los coches oficiales. Pero, finalmente, aprovechando una oferta del 3x1 en un establecimiento especializado, la alcaldesa consiguió que costara solo 500 euros. Una minucia. Minucia, sí, pero ha dejado sin comida durante una semana a varias familias necesitadas por dichosa la bandera, dirá demagógicamente alguno de los de siempre (Antonio Rodes, por ejemplo). Así de crueles son las decisiones políticas. Por eso el portavoz socialista y los suyos no asistieron al acto, porque tienen la sensibilidad social más a flor de piel que la vena patriótica, aunque sin faltar al respeto, no como Zapatero ante la bandera de Estados Unidos.
En cualquier caso, la enseña ya ondea por encima de la fuente, justo en el mismo sitio que Soler eligió para la noria. Por eso muchos se han preguntado si el gobierno popular querrá instalar su propio balcón mirador en lo alto del mástil. Dieciocho metros no son setenta, es verdad, pero algo se vería. Y la cesta se reciclaría del almacén municipal de obras. Se instalaría una escalerita pero los más osados podían trepar por el mástil, tipo cucaña, y no pagarían entrada en caso de conseguir alcanzar la cumbre. Es una opción, pero por el momento esa posibilidad ni se contempla ni todo lo contrario. Tampoco está todavía claro si, en cumplimiento de la normativa oficial sobre banderas, estandartes y pendones, se vayan a colocar al lado de la enseña nacional otras tantas banderas correspondientes a la Comunitat, Elche y la Unión Europea, de idéntico tamaño. En toral, 280 metros cuadrados de banderas en el paseo. Eso sí sería digno de admiración y captaría turismo por un tubo. Si le añadimos la del Elche CF y la de la Virgen de la Asunción, ni te digo. El Paseo de las Banderas, podría llamarse. Temo que estoy dando demasiadas ideas.
Y ya que he citado a la Mare de Déu, no quiero acabar la libreta sin anotar el pifostio que se ha montado con lo de abrir los comercios el día de la Venida. El bienintencionado Pablo Ruz se ha puesto como al arrebol
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