Page 220 - La Libreta Gris - La otra crónica de Elche: 2008-2017
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2000, ha correspondido a los socialistas. Algo les tocará también si se reparten tirones de orejas. Rodes puede argumentar que él no estaba, pero su partido y algunos de sus compañeros de bancada sí, y no podrán mirar a otro lado. Puede que el chivato, por mucha razón que le asista, se lleve también alguna bescollà, como sucede en las peleas entre hermanos. (10/11/13)
"THE WALKING GRÚAS"
"Quien volviendo a hacer el camino viejo aprende el nuevo, puede considerarse un maestro". Confucio, pensador chino (551 a. C.-479 a. C.)
Qué miedo nos ha metido a todos en el cuerpo Antonio Rodes. Estábamos acabando la semana y pensando ya en belenes, villancicos, turrón y demás aditamentos navideños y viene el portavoz socialista y nos suelta, así, sin avisar, que la grúa va a imponer un "régimen de terror en las calles de Elche". Vamos, que Rodes se ha empeñado en que los ilicitanos pasemos del sufrimiento al pánico, sin estado intermedio. No lo dijo el viernes en la inquietante rueda de prensa que dio, pero seguro que en esos momentos se estaba imaginando a Mercedes Alonso y su equipo en plan zombis salidos de The Walking Dead conduciendo las grúas por las calles a la caza de desprevenidos ciudadanos para merendarse sus sesos y alguna que otra víscera, además de llevarse sus coches para arrojarlos directamente a una máquina trituradora. Los niños ya no duermen por las noches, por miedo a tener pesadillas con grúas tipo transformers persiguiéndolos sin tregua. Sus padres tampoco pueden pegar ojo, porque los tienen fijos en su coche estacionado en la calle, por si aparece la grúa salir corriendo antes de que las infernales máquinas lo arramblen. Ya anoté en una anterior libreta que se iba a poner feo lo de la grúa por las noches con la subida del 25% de la tasa, pero Rodes ha sabido ver más allá y advertir del apocalíptico peligro que se cierne sobre los ilicitanos. Se ve a sí mismo como el oficial de policía de la serie televiviva Rick Grimes, dispuesto a liarse a tiros, momporros o estacazos para defender a los desamparados ciudados de las garras de los zombis que gobiernan la ciudad y quieren chuparles hasta el último euro del tuétano. ¡No pasarán!, proclama. Ahí sigue, en lo alto de Calendura, con los anteojos en una mano y fusil en la otra, preparado para liarse a tiros en
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