Page 221 - La Libreta Gris - La otra crónica de Elche: 2008-2017
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cuanto aparezca por la Plaça de Baix la primera walking grúa.
Contará, probablemente, en esta apostólica misión con el apoyo de Alejandro Soler. Porque el exalcalde ha vuelto. Vuelven los que vuelven a casa por Navidad; vuelve el expresidente Zapatero para contarnos en un libro lo que pudo hacer y no hizo porque tuvo que hacer lo que hizo; vuelve –¿se había ido– su predecesor, Aznar, con la nueva entrega de sus desmemoriadas memorias; vuelve el ex ministro, Solbes, con otro tocho sobre lo mal que lo pasó en el Gobierno del talante; vuelve otro ex ministro, Rubalcaba, que al parecer seguía ahí, para proclamar, a su vez, que el PSOE ha vuelto. Hasta vuelve Emigdio Tormo, volando voy, volando vengo, renegando de su pasado pepero y abrazando la nueva ciudadanía con
Ciudadanos.
Pero el regreso más sonado ha sido el del exalcalde. Reapareció de forma
inesperada en el último pleno, para reivindicar su legado y tal, harto ya de que le echen en cara que solo generó deuda durante sus cuatro años de mandato. Soler se vio impelido a intervenir en la sesión plenaria para reivindicar la memoria histórica de su gestión. No fue tarea fácil, sin embargo, ya que pese a que sus oratorias son más escasas aún que sus asistencias, la alcaldesa no mostró mucho entusiasmo por la idea. Ni mucho ni poco: ninguno. Y le dijo que no en repetidas ocasiones, pese al machaqueo al que estaba sometiendo Manolo Latour al ex primer edil. Finalmente, en un hecho insólito donde los haya, fue el concejal de otra formación política, JR Pareja, del Partido de Elche, quien le tuvo que pedir a Alonso que le dejara hablar, que por una vez que se decidía no era cuestión de dejarlo con la palabra en la boca. Esa súplica tan sentida y los aplausos de varias decenas de escolares que llenaban el salón acabaron por ablandar su duro corazón y le concedió la venia. Y es que la sala estaba llena de escolares, como resultado probablemente de una nueva táctica del PP para anular la presencia de elementos políticamente discordantes entre el público. ¿Habrá que esperar, en esta misma línea estratégica, próximas ocupaciones del salón por parte de coadjutores de parroquias de la provincia, entrenadores de pájaros cantores silvestres o jugadores de bolos amantes de los pinchos de tortilla, por ejemplo? Atentos.
Bien, pues a lo que iba, que Soler se levantó y, envalentonado, le dijo cuatro cosas a Alonso y los demás miembros de la bancada popular. Que ya estaba bien de manchar su nombre y su gestión, que había hecho mucho por la ciudad durante su mandato mientras que ellos, los populares, sólo han traído desgracias, ruina y recortes ("y sufrimiento, y sufrimiento", le apuntó
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