Page 232 - La Libreta Gris - La otra crónica de Elche: 2008-2017
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arrastrada por unas irrefrenables ansia de venganza (e instigada por su amante y aspirante al trono, que en la cuestión que nos ocupa no viene al caso). Así, probablemente, es como se ha sentido estos días el acusado, que ha visto como se cernían sobre él los más negros nubarrones, mientras el coro habitual de las tragedias clásicas entonaba una triste letanía cargada con los más oscuros presagios. El acontecimiento judicial fue de tal calibre y envergadura que hasta el equipo de gobierno popular paralizó toda su actividad informativa. No hubo ni una sola rueda de prensa ni actividad pública municipal esa jornada, cuando diariamente se producen una media de tres o cuatro. Para no restarle protagonismo a la noticia de la jornada. Ni siquiera apareció Martínez-Pujalte para anunciar alguna nueva ayuda a los más necesitados; ni Mateo con un plan para emprendedores pelirrojos y bajitos; ni siquiera Granero para reiterar que el nuevo Mercado Central se hará o no, depende... Nada, cero patatero. En esas, hubo quien relacionó esta sequía informativa municipal en la jornada de autos con el chivatazo a los periodistas de la declaración de Soler en la comisaría, que salió de algún pajarito que anida en entorno de la alcaldía, por lo que la cita resultó más multitudinaria que una comparecencia judicial del extesorero del PP nacional Luis Bárcenas. Y otra casualidad más del destino que concita este caso: el día del juicio, 26 de febrero, la Iglesia católica celebra la onomástica de san Alejandro, el obispo que excomulgó en el siglo IV al hereje Arrio y fulminó su doctrina, el arrianismo. Tal vez no sea más que una coincidencia y no tenga nada que ver con todo esto, pero ahí queda expuesto, para los que gusten de la cabalística.
Conforme la semana corría hacia su final, Mercedes Alonso y los suyos trataban, sin conseguirlo del todo, de morderse la lengua para no sacar partido de tan tentadora ocasión de lanzarse al cuello de su enemigo número 1 en los últimos siete años. En esa tesitura andaban los populares cuando Soler, al límite de su semana trágica, vislumbró un rayo de sol que se abría paso entre los negros estratocúmulos que cubrían el amenazante cielo. La luz se hizo verbo y el verbo se hizo auto de la Audiencia. Y no podía traer mejores noticias: quedaba definitivamente exonerado en el caso de las facturas díscolas. La achacosa querella de Alonso y sus ediles del pasado mandato –menos el ciudadano Emigdio Tormo, que volando iba y volando venía– quedaba archivada. Otra vez. Aunque ahora de forma definitiva, apostilló el exalcalde. Pero con las vidas que ha demostrado tener esta especie de ave fénix legal, vaya usted a saber si no resucita convertida en recurso ante el Constitucional, el Tribunal de los Derechos Humanos o la
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