Page 237 - La Libreta Gris - La otra crónica de Elche: 2008-2017

crónicas apócrifas que, habiendo tenido una revelación al quedarse traspuesto viendo el debate televisivo de La Sexta noche, Rodes reunió a sus discípulos en una frugal cena en el Villalobos y les dijo: "Uno, e incluso varios de vosotros, me traicionaréis", y miró a Ramón Abad. El defenestrado secretario de organización se levantó de la mesa sin acabarse el bocadillo de tonyineta y le dio un beso de despedida. Ya se iba cuando el maestro –o profesor, según se prefiera– le espetó: "Muéstranos el precio de tu traición", señalando una bolsa que sobresalía del bolsillo de su chaqueta. "Malpensado. Son monedas de chocolate que he comprado a mis sobrinos en el quiosco Rico", replicó mientras enfilaba el Carrer Empedrat. Antes de acabar la cena Rodes se volvió hacia otra discípula y le dijo: "Loli, antes de que cante el gallo Claudio me habrás negado tres veces y te presentarás a las primarias". María Dolores Asencio quedó muda y casi se atraganta con un variante. "Señor, perdona a los que no me apoyan porque no saben lo que hacen", sentenció y se fue sin pagar la cuenta. Hosanna. (13/04/14)
ANOSOGNOSIAS
"A menudo doy por hecho lo que sólo es posible". 'Amores' (16 a. C.) de Ovidio.
Encontrábase Mercedes Alonso departiendo distendidamente el viernes con varios ociosos ediles, funcionarios y periodistas, cuando apareció en la antesala de la alcaldía el popular Manolo Latour con una sonrisa de oreja a oreja. "Mira, mira, Mercedes, qué palabra acabo de soltar en la rueda de prensa: Anosognosia, ja, ja... Ano... ano... anosognosia", repetía una y otra vez, con no pocas dificultades y mirando la chuleta. "¿Y eso qué significa?", le preguntó la primera dama. "Pues: Enfermedad que consiste en no tener conciencia del mal notorio que se padece", contestó, leyendo el enunciado en la pantalla de su teléfono móvil. Era el calificativo que acababa de dedicarle a la edil socialista María Dolores Asencio, a quien acusó de no entender ni acordarse de lo que lee, en relación con sus constantes apostillas a los triunfales datos financieros con que el responsable de las cuentas municipales adorna sus intervenciones. Además de achacar a su compañera de corporación, de forma figurada pero poco elegante, una patología asociada a enfermedades como el alzheimer, el síndrome de Korsakoff o la
237