Page 287 - La Libreta Gris - La otra crónica de Elche: 2008-2017
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decir, aceptan el fondo pero no la forma. El portavoz socialista ha enviado una carta certificada y con acuse de recibo a la alcaldesa –que aún no la ha visto, porque estaba en Madrid en Fitur y viendo si de paso se traía la Dama–, para que convoque un pleno extraordinario para debatir y en su caso aprobar este y otros temas de las modificaciones presupuestarias que proponen los populares pero que la oposición echó abajo con sus votos mayoritarios. Pero pide que cada cosa vaya por separado, nada de mezclar peras con manzanas en la misma cesta, como sibilinamente intentó el PP. Esta última petición viene al caso porque el gobierno local metió todas las modificaciones presupuestarias –el trasvase de dinero de unas partidas a otras– en dos bloques, de forma que si se votaba en contra del plan de empleo, se dejaba también sin chalecos antibalas a la Policía Local, y sin gasas ni esparadrapo a los hospitales infantiles de África, entre otras cosas. Hábil maniobra. La oposición no se tragó el caramelo envenenado y votó que no, lo que motivó una irrupción en tropel de los populares en las redes sociales –incluso con un montaje fotográfico de los culpables de tal afrenta a la ciudadanía, por gentileza de los delfines de NN GG– y hasta la distribución de pasquines con este mensaje: “PSOE, Partido de Elche y Cristina Martínez votan NO para dar trabajo a 400 ilicitanos parados”. Puro marketing directo. Sucesivas declaraciones de la propia alcaldesa, del secretario popular local, Pablo Ruz, y del portavoz municipal Manuel Rodríguez –que hasta se quejó del "rodillo" (sic) de la oposición–, aseguraban que sacarán adelante el plan caiga quien caiga. Ahora que Alonso tenía por fin un plan para dar de comer a cientos de familias necesitadas con los ahorrillos que había conseguido reunir trabajosamente Manolo Latour, vienen los mismos de siempre y lo fastidian. No les han dejado bajar los impuestos a los ilicitanos y ahora tampoco les dejan crear 400 empleos, más otros tantos de otro plan B que no se aprobó. Eso tiene un nombre: los de la oposición son unos sátrapas enemigos de los ciudadanos, y así lo proclamó la alcaldesa, para que no quedara duda. Ya le dijo a Rodes hace algún tiempo que era el enemigo número 1 de Elche, por denunciar ante un organismo de la Unesco el avance irremediable del picudo en el Palmeral. Ahora, además de él, lo son también todos sus compañeros de bancada, hasta Cristina, que se dedica a salvar vidas. Ante tal panorama, alguien de la calle puede preguntar ingenuamente: "Ya que están todos de acuerdo en que el plan es bueno, ¿no pueden reunirse gobierno y oposición y ponerse de acuerdo para aprobarlo y aplicarlo cuanto antes?". "Vaya, vaya, ya salió uno de Podemos", le espetarán probablemente desde el PP.
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