Page 312 - La Libreta Gris - La otra crónica de Elche: 2008-2017

salón de plenos a quien no hubiese estrechado la mano, abrazado o besado. Su primer baño de multitud fue con los desahuciados, para evidenciar el signo de los nuevos tiempos. Su antecesora, con cara de que la procesión iba por dentro, ofreció sin embargo la imagen más conciliadora de los últimos cuatro años. "¡A buenas horas!" se le escapó a un invitado. Pero más vale tarde. Alonso expresó durante su discurso la predisposición de su grupo a colaborar con el futuro equipo de gobierno, despejando así la incógnita que aún pudiera subsistir en el aire acondicionado de la sala sobre quién iba a ser el nuevo alcalde. Y es que su antigua compañera de grupo y recobrada amiga Cristina Martínez no había dejado meridianamente claro en su intervención que sus votos serían para quien finalmente fueron, pese a haberlo repetido con insistencia en los días previos. González se removía inquieto en su asiento a medida que se contaban los votos, a causa de las recientes reuniones nocturnas entre su aliada y la antigua jefa popular. La sonrisa se le dibujó de oreja a oreja en su anguloso rostro cuando alcanzó los 14 votos y la gente empezó a aplaudir, antes de acabar el recuento. Lo había conseguido. Pero eso era lo más fácil. Ahora viene lo complicado: poner en marcha el tripartito sin que chirríe demasiado (si alguien es capaz de mantener los ejes engrasados es él) y empezar a dar las respuestas que la ciudadanía ilicitana está esperando. Por buen rollo no será. Hasta parece que el PP está por la labor (pero dentro de un orden, que ya ha dicho González que la oposición es necesaria). Ánimo, Carlos, ¡estamos contigo! (14/06/15)
TRASPASO POR "SORPASSO"
"ALCALDO. m. Presidente del líquido en el que se ha cocido una vianda". 'El diccionario de Coll' (1975) de José Luis Coll.
El nuevo gobierno tripartito se ha puesto en marcha, o al menos está intentándolo. No es fácil volver a hacer entrar en funcionamiento una maquinaria tan compleja como la del Ayuntamiento cuando se ha parado toda actividad política a causa del cambio de color político. Del azul monolítico hemos pasado al rojizo-anaranjado-verdoso y hay que volver a pintar la casa consistorial, además de cambiar los muebles de sitio, limpiar ventanas y engrasar Calendura para que las campanadas suenen más fuerte.
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