Page 346 - La Libreta Gris - La otra crónica de Elche: 2008-2017
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alcaldía por parte de funcionarios, colectivos, personas en general, entidades, instituciones, animales y cosas que se cruzaban en el camino de la edil y que acababan inmersos en unas intrigas propias de Juego de tronos. La sensación en el PSOE de que así no se podía seguir mucho tiempo más fue creciendo, mientras que Mireia Mollà y sus compromisarios seguían atentos a las ondas gravitaciones desde una distancia prudencial, cómodos con su papel de buenos en esta guerra fratricida.
En fin, que los socialistas vieron esta semana una oportunidad única para romper con la edil díscola. Los espinosos asuntos de la ambulancia y la playa para perros chocaron como dos agujeros negros y crearon tal onda expansiva que no hacía falta ningún sofisticado aparato plurisecuencial de nanosegundos para medir sus magnitudes cuánticas. Pero fue una explosión controlada. Con los presupuestos ya aprobados podían arriesgarse a perder la mayoría absoluta, sabedores, como ya sucedió en el anterior mandato con Mercedes Alonso y el PP, de que se puede gestionar tranquilamente el Ayuntamiento desde la junta de gobierno. Total, tampoco es que el tripartito haya desarrollado una actividad frenética hasta hoy. Así las cosas, González se decidió a provocar la implosión, sin consultar con sus socios compromisarios –que se mosquearon, pero lo normal–, no fuera que las buenas relaciones de estos con Martínez le chafaran el efecto big bang. "No me echas, me voy yo –vino a decirle la ilicitana cuando el alcalde soltó la bomba en la junta de gobierno del pasado viernes–, por vuestro ninguneo y menosprecio. Y me llevo a Fernando Durá". Nada más percatarse del esclafit cósmico, Mollà no recurrió a la física cuántica (ella es de letras), sino a la semántica perifrástica. "Si el PSOE quiere que sigamos juntos, antes tenemos que negociar de nuevo el qué, el cómo, el quién, el cuándo, el porqué y el Pacte del Botànic de València", espetó, rodeada de los suyos. "Porque el qué y el cuándo son polisémicos, pero el quién es derivativo del cómo, aunque por otra parte, el dónde añade un factor de incertidumbre al qué, que qué os voy a contar". "¡La gallina!", soltó un plumilla que tomaba notas como un descosido. ¿Seguimos? (14/02/16)
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