Page 57 - La Libreta Gris - La otra crónica de Elche: 2008-2017
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alcalde habló hace unos meses con el conseller Juan Cotino para ver si se agilizaba el Peppe, y éste le dijo que vería lo que podía hacer, pero a Alejandro Soler no le quedó muy claro si se había enterado de lo que le estaba hablando. Y en ese momento le invadió un sentimiento de añoranza (¡quién lo iba a decir!) del malogrado García Antón, con quien sí sabía a qué atenerse. Para lo bueno y para lo malo.
La cuestión es que seguimos como estábamos y, fíjese, pese a lo movidita que ha estado la semana, con el tema dando tantas vueltas en la noria, ni hemos ido hacia adelante ni hemos vuelto hacia atrás. Eso es lo que tiene la política: que un tema cualquiera puede ocupar páginas y páginas de acalorada polémica, un día tras otro, y al final, dejar al lector más aturdido e ignorante que antes. Pero también se han hecho algunas aportaciones interesantes sobre este tema en los últimos días. Especialmente de la mano de la arquitecta responsable del proyecto, Beatriz Ramo, quien pudo explicar su filosofía y su concepción del asunto. El peso de sus argumentos le han ganado no pocos adeptos a la causa y han servido también para que muchos de sus detractores comprobaran que, se esté o no a favor del Mirador, detrás de esta idea hay un trabajo serio, profesional y concienzudo. Viene muy bien algo de sentido común y sensatez en esta alocada trifulca.
PD: La frase de la semana ha sido de Alonso: "Los 16 millones del Mirador, que se los den a las familias necesitadas". (29/11/09)
VUELVE "LA CRIATURA"
Ya tenemos otra vez el carro en el pedregal. Como en esos falsos finales que tanto abundan últimamente en las películas de terror, en los que el malo reaparece de los abismos después de haber sido acribillado a balazos, cortado en trozos o fulminado por tropecientos mil voltios, y aún así ataca al incauto/a protagonista/o, entre el griterío general de la platea. Pues tal que así ha salido de la tumba la Criatura de las Facturas. Pero si en La noche de los muertos vivientes (la de 1968) era una especie de explosión de no se sabe qué cosa lo que insuflaba soplo vital a los cadáveres, en esta ocasión ha sido el Tribunal Supremo el responsable de la resurrección judicial, auspiciada por la queja del PP. Como ya advertían los populares, el caso no estaba muerto, no, no, que estaba de parranda (por Madrid, para más señas). Así es que la película sigue y el desenlace está por escribir aún, como en esos
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