Page 66 - La Libreta Gris - La otra crónica de Elche: 2008-2017
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y aquí van 100 más". Desconozco si este compromiso del portavoz adjunto será una propuesta del próximo programa electoral del PP. No me veo yo a muchos votantes metidos en las cabinas delante de las papeletas, dubitativos, con la mano yendo temblorosa de un partido a otro y pensando finalmente: "¡Voy a votar a los del PP, que si ganan van a hacer públicos sus bienes!". No digo que no haya gente así pero, sinceramente, no creo que sea ésta la propuesta que decante la balanza de la alcaldía.
El PP, sin quererlo, se está viendo arrastrado por los remolinos que están provocando los socialistas en el estanque de la política local con el palo de la declaración de bienes. En más de una ocasión he dejado anotado en esta libreta que lo de la dichosa publicación del patrimonio de los políticos me parece, además de innecesario, un supino ejercicio de demagogia y que no tiene más sentido que su uso como arma arrojadiza entre partidos. La reciente relación de los bienes de los diputados autonómicos es un ejemplo de ello, y de cómo muchos políticos se ríen encima de sus electores presumiendo de cómo ocultan buena parte de sus capitales y propiedades bajo diversos subterfugios de funambulismo contable-financiero. Insisto: que un político tenga mucho dinero en el banco y muchas fincas no significa necesariamente que se haya lucrado con pelotazos y operaciones ilegales; ni que otro que no tenga liquidez y sólo préstamos sea honrado e inmaculado. La historia reciente está llena de muchos casos ilustrativos. Pero en fin, la publicación de los bienes parece ser una prioridad de uno u otro partido, según donde toque, y una evidencia pública de virginidad corrupcional. Quien no se someta a la prueba del pañuelo queda marcado. Pero como todo se vende, hasta la honra de una mocita, que decían las viejas canciones, pues si la quieres, tendrán que pagar (en votos, por supuesto).
Así están las cosas. Después de decir Latour que los populares no hacían públicas sus pertenencias por si los secuestraban, a ellos o a sus familias, parece que el peligro ha pasado. O que ya tienen guardaespaldas. Ahora el canguelo es para los socialistas, la edil de Compromís y el travieso Emigdio Tormo (lo de díscolo no le gusta mucho, pese a que es una persona educada y no lo dice), que han hecho públicos sus propiedades y caudales. Y a todo esto, viene el portavoz socialista Alejandro Pérez y le dice a Latour en el pleno que él empezó como funcionario durante el franquismo y lo dejó planchado. Por si no tenía bastante con lo de los bienes. Lo veo y lo doblo.
Y hablando del pleno, la trifulca del lunes fue de las que hacen época. Que los políticos puedan llegar a las manos en la fogosidad del debate entraría dentro de lo posible (aunque aquí, por fortuna, no ha pasado nunca:
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