Page 129 - Las Clarisas en Elche
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SIGLO XXI
Segunda permuta
A pesar de los constantes trabajos de rehabilitación y de las cantidades in- vertidas en el antiguo convento de la Merced, la antigüedad del mismo y su imparable degradación hicieron que la comunidad considerara cada vez más la posibilidad de su traslado a un edificio de nueva planta. Para ello se llegó a un nuevo acuerdo de permuta entre la comunidad clarisa y el Ayuntamiento de Elche. Éste se comprometía a edificar un monasterio en un terreno de su pro- piedad y a permutarlo por el convento de Santa Lucía, del que quedaría como propietario. Las conversaciones entre el alcalde de la ciudad, la abadesa y los representantes del obispado de Orihuela-Alicante, dieron como fruto la cons- trucción del actual monasterio de Santa Clara, junto a la rambla del Vinalopó, en una parcela al norte del Parque Infantil de Tráfico, próximo a la antigua fábrica de Ferrández. El edificio fue proyectado por el arquitecto ilicitano Anto- nio Serrano Bru de cuya memoria técnica entresacamos los siguientes párrafos:
El nuevo edificio se ajusta a la ordenación conventual clásica y responde de alguna forma a la misma estructuración que tiene el antiguo convento de la plaza de les Eres de Santa Llúcia, al que las hermanas están habituadas, es decir: la vida conventual de oración en común, trabajo y sustento se desarrolla en la planta baja, alrededor de los claustros que separan las tres funciones citadas. Estos procuran la intimidad y el recogimiento necesarios, pero al mismo tiempo se abren al paisaje lejano a través del mirador que filtra el riguroso sol de poniente. La vida íntima se desenvuelve en la planta alta, que se divide también en tres sectores (oración y capítulo / zona de monjas / zona de novicias) distribuidos alrededor de los mismos dos claustros. Esta planta comprende además de las celdas, la sala capitular, el coro alto y la enfermería, así como las áreas dedicadas al estudio.
La comunicación entre ambas plantas queda suficientemente resuelta con tres escaleras y un ascensor montacamillas.
Unido al cuerpo del edificio, pero en situación de fuera de clausura y con acceso independiente, se proyecta una pequeña hospedería de cuatro habitaciones dobles, comedor y sala de estar para familiares que acudan temporalmente al monasterio.
Los servicios del edificio se alojan cercanos al área de lavandería y cocina, y los almacenes, depósitos de reserva de agua, cuarto de caldera, grupos de presión, etc. se sitúan en el semisótano que resulta de la pendiente del terreno.
La iglesia se ha concebido con la doble función de uso conventual y público de manera que ambas coexistan simultáneamente sin interferirse. La atmósfera de
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