Page 207 - Las Clarisas en Elche
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viamente, por el señor alcalde para que asociados a la municipalidad deliberen sobre cierta solicitud presentada por la comunidad de religiosas de Santa Clara de esta villa. Seguidamente se contaron los señores concejales y mayores con- tribuyentes que aparecen encabezados en esta acta y resultaron ser catorce los primeros incluso el señor alcalde e igual número los segundos. En este estado el señor presidente manifestó, que siendo veinte los concejales que correspon- den a esta población con arreglo a lo prescrito en el artículo tercero de la Ley de ocho de enero de mil ochocientos cuarenta y cinco; y hallándose reunidos más de las dos terceras partes, con igual número de mayores contribuyentes, según se le exige por el Real Decreto de veintiocho septiembre de mil ocho- cientos cuarenta y nueve, para poder deliberar sobre el asunto de que es objeto esta acta, declaraba abierta la sesión. Acto contínuo, yo, el infrascrito secretario di cuenta de un escrito en que la abadesa y comunidad de religiosas de Santa Clara de esta villa manifiestan que a consecuencia de la inundación sufrida en la noche del seis de diciembre último, quedó el edificio de su convento en tan mal estado que el ingeniero civil de la provincia que le ha reconocido en virtud de orden del señor gobernador de la misma, ha declarado, según aparece de la certificación que acompaña, hallarse casi en su totalidad ruinoso, y siendo in- dispensable a la municipalidad ejecutar su reparación acude a este ilustre Ayun- tamiento como patrono que es de aquellas religiosas, a fin de que se digne concederle en propiedad el ex convento de la Merced donde al presente habitan, con su templo y demás obras y derechos que al edificio pertenezcan, cediendo en cambio la comunidad a favor de la corporación municipal el convento titu- lado de la Encarnación, cuyo dominio hoy les pertenece y para cuya permuta tienen las competentes licencias de sus prelados eclesiásticos. Concluida la lec- tura de este documento, se dio principio a la discusión que fue animada y dete- nida, tomando parte en ella los señores Segura, Ganga, Santamaría, Ruiz y Belda, conviniendo todos en que el Ayuntamiento, como patrono que es de las religiosas de Santa Clara de esta villa desde la fundación del convento, tenía un deber de protegerlas, mayormente en la actualidad en que un acontecimiento desgraciado, había destruido el edificio en que habitan sin que fuese posible su reedificación por el crecido capital que para ello se necesita, según el informe que se ha leído del ingeniero de la provincia y que llamaría mucho la atención, que cuando nuestra bondadosa reyna, su gobierno y los españoles todos, están demostrando sus sentimientos filantrópicos en favor de este vecindario, la mu- nicipalidad manifiesta su caridad con un acto de desprendimiento en beneficio de aquellas desgraciadas religiosas, que tantas angustias sufrieron en la horro- rosa noche del seis de diciembre último, que han quedado sin el único edificio
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