Page 2 - Con Olor a Hierro - Charo Martinez

INTRODUCCIÓN
Con estas páginas, quiero hacer desaparecer de mí, los pequeños o grandes rencores que fui acumulando durante esas etapas de la vida en que las personas se están formando, y que esa formación, para bien o para mal la arrastramos a lo largo de toda una vida.
Formación equivale a “Enseñanza”, y al igual que aprendemos los nombres de los ríos más importantes de España, las capitales de Europa o a rezar el Padrenuestro, aprendemos de nuestros mayores a comportarnos, a pensar, a discernir, a juzgar y a cuestionarnos tal o cual cosa, acorde con la inteligencia con la que hayamos nacido.
En mi caso aprendí mucho de mis padres y de mi entorno. Aprendí, sobre todo, como “NO” se debe actuar para no hacer, como hicieron conmigo, desgraciados a mis hijos. Aprendí a juzgar a los demás, pero sin demostrarlo, aprendí a observar para no cometer los mismos errores. De cualquier forma, mis opiniones y mis juicios son sólo míos y, gracias a Dios y a la época en que vivo, soy libre de expresarlos, si quiero. Por eso, al pasarlo realmente mal y tener un recuerdo claro de todo lo vivido, a pesar de los años transcurridos. Quiero decir que no he olvidado, ni dejado atrás las vivencias de mis etapas infantil y juvenil, vivencias que me siguen pinchando y que esos pinchazos todavía me sangran y necesito curarlos de algún modo.
Soy consciente que, tarde o temprano, todos terminamos soportando el peso de las cruces que nos corresponden, pero ojalá que esa carga solamente recaiga sobre espaldas ya adultas y capaces de soportarla.
Dedico estas páginas y también mis recuerdos a mis hijos y a mis hermanos.
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