Page 253 - Elche en guerra 1936-1939
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Los discursos políticos
Aquella convocatoria electoral nos permite conocer la incidencia del partido en los inicios de la II República: siete votos en el distrito quinto (Llano de San José), el de más electores, frente a los 1.468 obtenidos por el candidato socialista Manuel Rodríguez Martínez. Que cinco años más tarde estallara una guerra civil justificada entonces –y ahora– para impedir el establecimiento del comunismo en España resulta simplemente esperpéntico. El caso del comunismo ilicitano es significativo además porque contribuyó decisivamente a configurar los cuadros provinciales del partido.
Un llamado “Grupo Comunista” participó en las manifestaciones del Primero de mayo de 1931 y además publicó un manifiesto, una antología del disparate:
“La República española no significa ningún avance en nuestro régimen político social. Las fuerzas más retrógradas, las fuerzas semifeudales sostenedoras de la mo- narquía absoluta se agrupan sin temor en torno a ella”.
Llamativo resulta, a la altura de 1931, lo de las fuerzas “semifeudales” (ya no eran feudales del todo. Algo es algo). De paso se hacía una llamada a los trabajadores para que rompieran abiertamente con quienes trataban de ilusionarles haciéndoles creer que “dentro de la República mejorarían sus condiciones de vida”. El texto ayuda a entender mejor el porqué de los sietes votos citados.
Un nuevo texto fue publicado con motivo de las elecciones a Cortes Constituyentes de junio de 1931, titulado “El Partido Comunista ante las elecciones. Al proletario de Elche”. En él la organización aceptaba su propia insignificancia al reconocer que “ni siquiera hemos llegado a pensar que por este distrito tengamos una fuerza”. Se autocalificaba de vanguardia de la Revolución y descalificaba al Parlamento como “el reducto por antonomasia de la demagogia burguesa”. Una orientación o, más bien, siguiendo de nuevo a Juan Martínez Leal, “desorientación” que les llevó a proponer el Frente Único como unión de fuerzas obreras en su estrategia de clase contra clase y, naturalmente, la permanente descalificación de los socialistas como colaboracionistas de la burguesía.
La presencia comunista en la ciudad vuelve a hacerse notar en abril de 1932, en un incidente provocado por militantes con el lanzamiento de petardos en el teatro Llorente en un mitin del dirigente socialista Antonio Cañizares Penalva. Algunos comunistas llegaron a ser interrogados pero no hubo procesamientos. En cualquier caso, el partido publicó una hoja suelta el 29 de abril de ese año, “El radio y la juventud comunista de Elche a los trabajadores”, en el que trató de desmarcarse del suceso pero en el que se hacía una defensa de la violencia revolucionaria entendida como insurrección armada:
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