Page 53 - Elche en guerra 1936-1939
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Panorámica general de una ciudad en guerra
Cabrera Girona, Pedro Escalante Coves y algunas mujeres como Carmen Juan o Gregoria Lozoya Lag–, pero no mucho más. La CNT contaba igualmente con un grupo de hombres con arraigo anarquista –Joaquín Lozano Charco, Mariano López Jiménez, Juan Campello García o Pedro Román Sánchez entre otros–. Los dos partidos republicanos, Izquierda Republicana y Unión Republicana, incapaces de unir fuerzas a pesar de defender posiciones políticas idénticas, pasaban entonces por momentos de dimisiones –Rafael Erades Coquillat– o de renuncias –Antonio Agulló Soler–. Nada que ver desde luego con el protagonismo del Partido Republicano Radical Socialista del primer bienio. Compañeros, pues, del Frente Popular, pero meras comparsas al menos en lo que a Elche se refiere. Además, el político republicano más destacado en la ciudad, el médico Julio María López Orozco, diputado en 1931 y hombre clave también en la masonería ilicitana, prácticamente había abandonado la política activa. Dos partidos republicanos, pues, sin liderazgo claro que no tuvieron más remedio que transigir con la nueva situación política creada en la ciudad a partir del golpe de estado.
En definitiva, la ciudad se acercaba al 18 de julio de 1936 en medio de una importante crisis económica y social, hasta tal punto que El Ayuntamiento se vio obligado a poner en marcha la llamada Cocina Económica para proporcionar diariamente unas 200 raciones de comida a pobres y parados, así como ayudas mensuales de 30 pesetas a madres necesitadas durante el primer año de lactancia. Incluso el alcalde Manuel Rodríguez hizo público un bando el 9 de julio prohibiendo el aumento de los productos de primera necesidad si previamente no eran justificados por el Ayuntamiento.
Aún así, se inauguraron nuevas escuelas en Alzabares Bajo (abril), Torrellano Bajo y Alto (julio) y se plantearon como proyectos la construcción de un Matadero y de una Lonja de Contratación, la adquisición de agua potable del Taibilla, la puesta en marcha de nuevas Escuelas Graduadas, el arreglo de la Glorieta y de caminos como los de Asprillas, Torrellano y Santa Pola o el derribo de las iglesias de El Salvador y San Juan “en cuyos solares se verá pronto levantarse magníficos edificios destinados a funciones sociales y docentes”. Proyectos todos ellos imposibles una vez iniciada la contienda. Los últimos actos culturales de los que tenemos noticias antes de la guerra fueron representaciones por parte de la Artística Socialista (juguetes cómicos como Un drama de Calderón, zarzuelas como Para casa de los padres o “la colosal astracanada en valenciano, Cheperut y coixo”).6
Creemos que los libretos de dichas obras es muy posible que hayan desaparecido para siempre.
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