Page 55 - Elche en guerra 1936-1939
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Panorámica general de una ciudad en guerra
imaginarnos una ciudad con una mayoría de casas bien de planta baja o de dos pisos y con una pequeña proporción de edificios con tres o cuatro plantas. En el casco histórico la mayor novedad, como puede apreciarse en el plano citado, fue la ocupación de edificios por las sedes de partidos, sindicatos, periódicos, hospitales de guerra u organismos como Socorro Rojo Internacional, la Universidad Popular o clubes deportivos. La mayor novedad urbanística de la guerra fue la construcción de once refugios en ocasiones apuntalados con troncos de palmera o la puesta en marcha de tres fábricas de guerra.
El conflicto bélico produjo también cambios importantes en la población: unos 7.000 combatientes (el millar de voluntarios en el Batallón Elche y en la Columna Alicante y los soldados movilizados entre los 18 y los 45 años), una población creciente de refugiados que algunas informaciones de prensa cifraban en cerca de 20.000 personas, así como la huida de la ciudad al campo por todas aquellas familias que encontraron una alternativa tanto por seguridad como por razones alimenticias.
En junio de 1936 Elche contaba con 42.319 habitantes de hecho y 40.985 de derecho. Los censos de 1930 y 1940 nos permiten, con la prudencia con la que hay que leer las estadísticas oficiales, contemplar algunas características demográficas. La España de 1930 tenía 23,6 millones de habitantes y la provincia de Alicante poco más de medio millón. En aquel año, Alicante capital tenía 73.071 habitantes y tres ciudades –Alcoy, Orihuela y Elche– con una población en torno a los 40.000 habitantes.
Entre los censos de 1930 y 1940 Elche pasó de 38.013 a 46.596 habitantes, es decir, un crecimiento neto de 8.583 habitantes a lo largo de la década, algo mayor que el de Orihuela y Alcoy y muy por debajo del crecimiento de la capital de la provincia que alcanzó en 1940 los 96.729 habitantes, atendiendo a las cifras que proporciona el censo de 1940, especialmente poco fiable según los especialistas. Los censos de 1930 y 1940 nos proporcionan, en el caso de Elche, una diferencia a favor de las mujeres de 807 y de 1.318, respectivamente y, si las cifras fueran enteramente creíbles, tendríamos un primer efecto de la contienda, lógico por lo demás: ahondó el desequilibrio entre sexos. Otro dato relacionado con los efectos del conflicto bélico es el aumento de los llamados en el censo “ausentes”, es decir, empadronados pero no residentes: de 210 en 1930 a 906 en 1940, diferencia explicable, aunque sólo en parte, por el exilio político. El apartado de “transeúntes” no cambió: de 1.168 en 1930 a 1.006 en 1940, cuando la ciudad perdería a la mayor parte de los refugiados. Pero una conclusión inicial: ambos censos dibujan con muchas limitaciones los efectos demográficos de la guerra civil: las muertes en los frentes y en la retaguardia, el ingente número de refugiados, los presos políticos de la posguerra o la cuantificación del exilio.
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