Page 20 - Riegos El Progreso
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Abanilla y Pineda a favor de El Progreso, según las bases redactadas por el Muy Ilustre Sindicato de Aguas de la Villa de Dolores. Se seguía construyendo la acequia entre La Marina y Guardamar y se sacaba a subasta la toma de agua en los azarbes en el lugar donde se ubicaría la primera de las elevaciones de El Progreso: Ortices. Todo ello bajo la dirección técnica de Ernesto Martínez Riviere y la dirección de obras del constructor de La Marina Teodoro Linares Blasco que cobraba dos pesetas por cada día que dedicara –en su casa se reunió en estos primeros tiempos la Junta Directiva y muchos años después sería el promotor de Riegos El Porvenir-. Otro contratista, Pascual Parreño Sempere, que trabajaría muchos años para la Sociedad, recibió el encargo de la excavación de los azarbes. En julio la Junta Directiva aprobó por primera vez un dividendo pasivo de  pesetas por acción que se haría efectivo al mes siguiente. Las mayores dificultades se presentaron cuando algunos propietarios de tierras por los que tenía que pasar la acequia exigieron el “precio exuberante” de 0 pesetas por tahúlla por lo que se tuvo que plantear en más de una ocasión la necesidad de cambiar el curso de la acequia. En este segundo año de existencia, El Progreso superó las 0.000 pesetas de ingresos y mantuvo un remanente similar al del año anterior: poco más de 6.000 pesetas. La plantilla de la Sociedad se limitaba entonces al Secretario –Francisco Sánchez Marco– y a dos cobradores: uno para La Marina y el Molar –el propio constructor Teodoro Linares Blasco– y otro para Elche, Jaime Águeda Torregrosa. El modesto objetivo inicial de regar unas 00 hectáreas de La Marina y El Molar estaba, pues, en marcha.
El año 1908 significó la culminación de esta puesta en marcha. Se compraron los terrenos para la primera elevación de Ortices y en la llamada Hacienda de Vidal, propiedad de Rosario Pérez, se instalaría la primera máquina para elevar las aguas procedentes de los azarbes. Se subastaban nuevos trozos de acequia y, por fin, el 24 de agosto se celebraba el concurso para la adquisición de la maquinaria. Entre varias propuestas de empresas francesas e inglesas establecidas en España (se rechazaron entre otras ofertas una de la casa de Tomás Aznar e hijos de Alicante y otra de La Gasmotore), por decisión de Ernesto Martínez Riviere, se escogió la presentada por la Sociedad Anglo-Española de Motores, Gasógenos y Maquinaria General, con sede en Mahón por un valor de 69.0 pesetas, consistente en dos motores, uno movido por gas y otro por electricidad y dos bombas centrífugas Sulzer-Farcot, capaces de elevar 0 litros por segundo. La Sociedad además tuvo que hacer frente a otros cuantiosos gastos como la terminación de las obras de Las Veletas en los terrenos de la elevación de Ortices, valoradas en .06 pesetas, obra realizada por el constructor Pascual Parreño. Para llevarlos a cabo, se puso en marcha a lo largo del mes de agosto de 90 una suscripción de obligaciones para que los socios pudieran hacerse con ellas y, pasado dicho mes, ponerse a la venta. Se trataba de 00 obligaciones al portador, valoradas en 00 pesetas cada una, por un total de 0.000 pesetas, a pagar en cuatro mensualidades de  pesetas y con un interés del % pagado por semestres vencidos.
 































































































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