Page 49 - La Libreta Gris - La otra crónica de Elche: 2008-2017
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  > Se eliminó el vínculo con la tierra dando lugar a un mercado del agua
  2.3. El negocio del Agua
En el Elche andalusí, los dominios del agua y de la tierra estaban unidos. En el momento de la conquista cada repoblador cristiano recibiría un caudal concreto de la acequia Mayor para el riego de una determinada superficie. Pero pronto los beneficiarios del reparto del territorio tendieron a eliminar el vínculo con la tierra, dando lugar a un mercado del agua.
Durante siglos permaneció vigente un sistema que alternaba los turnos de riego con la contratación de “hilos” para regar. Esto permitió la puesta en valor continua de determinadas parcelas, que constituyeron la mejor área agrícola del término.
Una subasta diaria facilitó la creación de un lucrativo negocio en torno al agua, en el que los más favorecidos
fueron los miembros de la pequeña nobleza local y, en menor medida, las instituciones eclesiásticas, a los que podríamos denominar “aguatenientes”. Con el tiempo, la burguesía sustituiría a la nobleza.
Los derechos y porciones de aguas, su compraventa y demás transmisiones, quedaban registradas en los Libros de Aguas. La anotación se realizaba por hilos o sus fracciones medio hilo (seis horas) y cuarta (tres).
El agua de Marchena era en un principio administrada por la aljama mudéjar, con sus oficiales, entre los que destacaba el “alamín” o repartidor. No obstante, parece que también se produciría un proceso de apropiación por determinados linajes. Tras la expulsión de los moriscos, en 1609, el nuevo gobierno del arrabal, la recién creada Universidad de San Juan, pasa a ocuparse del funcionamiento general de la acequia. Con el tiempo, Marchena copiaría el modelo de gestión de la acequia Mayor.
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