Page 51 - La Libreta Gris - La otra crónica de Elche: 2008-2017
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  2.4. Una gran construcción
En 1632 el municipio emprende una gran obra de ingeniería: la construcción del pantano, aunque la idea de construir un embalse venía de lejos: en 1589 el municipio, se fijaba en el modelo de construcciones análogas en Tibi y Almansa.
El agua acumulada en el pantano recibía la denominación de “agua doble”, para diferenciarla del “agua sencilla” de los propietarios y su gestión correspondía al municipio, que vendía los “hilos” en pública subasta como hacían los propietarios de la acequia Mayor. El producto servía para pagar diversos gastos de la villa, como las obras de la iglesia de Santa María entre 1706 y 1743.
Cascada de agua en la pared del pantano.
Canal de desviación construido por el ingeniero Próspero Lafarga.
No obstante, desde la construcción de la presa afloraron problemas de aterramiento y salinización, por lo que bien pronto se planteó la necesidad de construir una acequia que desviara las aguas antes de su entrada en el embalse, canal que no se construirá hasta 1914.
Además, las periódicas riadas afectaban a la estructura. En 1842, el pantano estaba prácticamente fuera de uso y el Ayuntamiento, ante la falta de recursos para su rehabilitación, lo cedió a los propietarios de las acequias Mayor y de Marchena.
Su importancia económica se redujo sensiblemente con la traída de aguas foráneas, entrando en una lenta decadencia, aunque permanece su carácter de hito en el paisaje ilicitano y, junto con la red de canales de riego, constituye un importantísimo legado de nuestro patrimonio cultural hidráulico.
Además, el embalse está incluido en el catálogo valenciano de ZonasHúmedas,porlapresenciadeespeciesdealtointerés desde el punto de vista conservacionista.
Plano del surtidor del pantano, s. XIX.
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