Page 53 - La Libreta Gris - La otra crónica de Elche: 2008-2017
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> Con la llegada de los caudales del Segura se amplían las áreas de regadío
2.5. Nuevas aguas para el riego
El 27 de mayo de 1420, un acta del Consell de la villa recogía la demanda de los ilicitanos de acceder a las aguas del río Júcar, con el fin de poder hacer frente a las constantes sequías en el camp d’Elx.
Estos intentos se prolongaron durante los siglos siguientes, con proyectos como los redactados por los arquitectos Francesc Verde en el siglo XVI o Juan Bautista Peyronet en el XIX.
A pesar de los múltiples intentos por traer aportes de otras cuencas, “Nuevos Riegos El Progreso” (1906), “Riegos El Porvenir” (1917) y “Riegos de Levante” (1918), significan el inicio de una nueva etapa
con la llegada de nuevos caudales procedentes del río Segura de mejor calidad. Este hecho significó una transformación de gran importancia en el campo ilicitano mediante la ampliación y mejora de las áreas de regadío.
Medio siglo después llegaban las aguas del trasvase Tajo-Segura, aunque eso no supuso una modificación excesiva de la fisonomía de la zona cultivada, debido a la modestia de los caudales aportados en relación a la superficie regada.
Nuevas aguas, aquellas citadas en un acta municipal de 1420, riegan también actualmente parte del campo ilicitano, gracias al trasvase Júcar-Vinalopó.
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