Page 242 - La revista musical y las variedades en Elche
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que la revista española ha sido un fenómeno claramente diferenciado, dentro del panorama teatral español y entre los que pudieran considerarse similares en el extranjero, constituyendo uno de los espectáculos teatrales preferidos por el público (Altares: 1966).
La intención del género de la revista, su fin, es claramente divertir al es- pectador mediante ejercicios de comicidad y visualidad, y éste parece que se mostró satisfecho cuando tales ingredientes formaban parte del espectáculo.
La evolución del género en sus últimos años fue escasa porque la fórmula teatral utilizada interesaba a quienes lo representaban, por considerarla renta- ble e independientemente de la falta de escritores y de músicos dedicados a la revista, sus intérpretes huían de los cambios. En ese sentido son muchos los comentarios de empresarios y protagonistas que muestra la prensa.
La supervedette portorriqueña Addy Ventura se refría, en 1975, al futuro del género de la revista y a la apertura de la censura en los últimos años, y con- sideraba que el primero era prometedor y la segunda perjudicaba a la revista (Antonio Dopazo Jover, Información, 16-III-75).
Por su parte, un año antes, el actor Fernando Santos había declarado, res- pecto a la apertura, que su compañía siempre actuó de auto-censura y “las ca- mas son para las comedias, porque nosotros no queremos perder el público de señoras que siempre hemos tenido” (con motivo de la presentación de la revis- ta, El cuento de la lechera: J. R. Información, 3-X-74).
En los últimos años el destape estaba presente en el teatro y la vedette Es- peranza Roy reconocía a la prensa alicantina que en la revista había “un buen destape (...), pero prefiero decir que se ofrece un exhibicionismo con decoro” (Vidal Masanet, e Información, 1-X-75).
La ilicitana Finita Rufette se quejaba ya en 1965, al periodista J. Beren- guer (Información, 23-XII-1965), de que a la revista “se ponga un pañuelo en la boca. A la comedia, por ser comedia, se le deja decir más cosas que en ésta.” Y también que es imposible montar un gran espectáculo, “porque la cosa no da para tanto” Donde va mejor le cosa, “es en Barcelona y Madrid. A parte de que en la ciudad Condal, tanto en el vestir como en el decir, hay más libertad.” Y habla de las “exigua taquillas que se hacen. La gente se está acostumbrando a la televisión y sale menos de casa.” Respecto a la posibili- dad de llevar el género de la revista al extranjero: “No, lo único que podemos exportar es el folklore.”
Cuando Manuel Fraga alivió la rigurosa censura sobre los espectáculos mu- sicales de revista, y bajó los escotes y subió los faldellines, César González
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