Page 16 - Agua, Tierra y Capital
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textil y de jabones, no encontrará continuidad hasta los años ochenta del siglo XIX. La larga y aburrida agonía del Antiguo Régimen en Elche es sinónimo de una agricultura decadente que, tras la Guerra de la Independencia, contagia a la producción de jabón y textiles, de la que sólo quedará un débil rastro en la ciudad. Como consecuencia de la destrucción del sector jabonero, la rentable producción de aceites y la barrilla desaparecen. Los olivos son arrancados, y en muchos casos, los campos no reciben nuevos cultivos. Durante la prime- ra mitad del siglo XIX, los ilicitanos no son capaces de reconstruir un nuevo sector que tome el relevo de aquella bonanza económica del setecientos. Pero en el último tercio del siglo XIX, todo empieza a cambiar. Durante nuestro pe- riodo, contrariamente a lo que propone el habitual menosprecio al caso de las industrias mediterráneas1, la industria del calzado se erige en un sector capaz de modernizar la sociedad.
El lento plano inclinado por el que llega el liberalismo económico había ido transformando la sociedad: nuevas generaciones de hombres ocuparán la propiedad de la tierra. Sus nombres, sus familias, alcanzarán puestos estratégi- cos en la política y la administración local o provincial. Las nuevas oligarquías creerán en el progreso liberal, y en los últimos quince años del siglo, trabajarán para transformar la ciudad. La llegada del ferrocarril, en 1884, supone la gran revolución. En la recta final del siglo la ciudad ingresa en una nueva era, la contemporaneidad.
La demografía es un indicador representativo de lo dicho; el censo de de 1794 da una población absoluta de 20.430 habitantes, cifra que no se rebasará hasta 1887, cuando la población alcance los 23.847 ciudadanos con casa abier- ta.
Pero el caso de Elche no es una excepción en el panorama general del Esta- do español. La crisis estructural de la agricultura española, las dificultades de la revolución industrial y la inestabilidad política serán los factores determinantes en el fracaso o el éxito de la contemporanidad durante aquellos primeros ochen- ta años del siglo XIX. No será precisamente hasta la llegada de la Restauración cuando la coyuntura favorable de los mercados internacionales posibilite una recuperación de la agricultura mediterránea, sobre todo la de la vid en Cata- luña, País Valenciano o Murcia. Es el único momento de la centuria en que la agricultura ilicitana logra beneficiarse de las circunstancias, pero las sequías,
CHASTAGNARET, Gerard.: “La industria en el Mediterráneo: una historia en construcción”, en NADAL, Jordi y PAREJO, Antonio.: Mediterráneo e historia económica, Cajamar, Almería, 2005. pp. 153.
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