Page 172 - Agua, Tierra y Capital
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En cuanto a la feria de San Antón, se trata de un caso sensiblemente diferente, ya que, como decíamos, su importancia comercial es muy inferior a la de san Andrés, como advierten sus cifras en las subastas de arrendamientos, que se situaron en torno a las 100 o 150628 pesetas en los mejores momentos, pero también porque su valor es festivo y religioso. Se celebra fuera de la ciudad, en plenas fiestas de agosto, y será una tradición firme, tanto que incluso existe en la actualidad. No obstante, también en los años finales del siglo XIX y en los primeros del XX, sufrirá un marcado decaimiento observable en el descenso de las cantidades por las que se subasta el arrendamiento de sus puestos, que disminuye en más de un 80%.629
2.4.2.3. La subasta de arrendamientos municipales y los nuevos negocios
Como ya hemos adelantado, la práctica del arrendamiento o la subcontrata- ción de numerosas parcelas correspondientes a las funciones municipales será una nueva oportunidad de negocio para las clases medias. La debilidad política y sobre todo la endémica precariedad de sus presupuestos, hacen imprescindible para el consistorio el ingreso de dinero, uno de los recursos de los que se servía para ello será el arrendamiento de arbitrios municipales.
El Ayuntamiento arrendará mediante subasta pública la recaudación del im- puesto de consumos, el alumbrado público –al menos hasta que lleguen las com- pañías eléctricas a partir de 1890-, el alquiler de los puestos públicos del nuevo mercado, los de la fruta, la verdura o la pescadería -entre los que se incluye tam- bién la barbería-, el arbitrio municipal de pesos y medidas, el de espectáculos pú- blicos, licencias para enterramientos y edificaciones, los derechos del matadero, los puestos de las dos ferias a las que ya nos hemos referido, el comercio de nieve, o la recogida de basuras del mercado nuevo.
2.4.2.3.1. Subastas de arbitrios o servicios municipales
Los arbitrios municipales son aquellos que el propio expediente de subasta municipal define como tales, es decir, el de pesos y medidas, el de espectácu- los públicos, licencias para enterramientos y edificaciones, o los derechos del matadero. Al menos estos son sin duda los arbitrios más importantes, ya que en
628 Según el “Expediente para el arrendamiento de puestos públicos de venta el 14 y 15 de agosto –de 1893- y parrotes de San Antón”, la subasta es rematada por Pedro Pascual Soler en 151 pesetas.
629 Sig. 33-47 y AHME.
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