Page 170 - Agua, Tierra y Capital
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puestos, aunque todavía se celebre a principios del siglo XX. No obstante, la feria de San Andrés debió ocupar un lugar más destacado en el panorama comercial an- terior a la industrialización, ya que todavía en 1886, encontramos una carta firmada por un importante grupo de comerciantes en la que se defiende la importancia de la industria y le mercado como base y prosperidad de las naciones y sobre todo, soli- citando que la feria de San Andrés no se celebre en la Plaza de la Merced y el Paseo de Bru613 como estaba previsto y que se lleve en la plaza Mayor por ser un punto más céntrico, más beneficioso para la población por sus resultados prácticos y que celebraría con aplauso este vecindario.614 Pero la importancia del documento no sólo radica en su contenido, tan importante como ello, es la relación de firmantes, una lista de nombres propios que se autodefine como comerciantes e industriales de la ciudad y que confirma el movimiento de capital que se produjo entre ambos sectores. En este sentido cabe destacar la presencia de Matías Guillén, José María López Parreño o Daniel Fenoll entre otros615, pero también la confirmación de un grupo de comerciantes estable, que protagonizará otras iniciativas durante nuestro periodo pues esta lista de firmantes de 1886 coincide casi al cien por cien con una demanda similar de la década de los noventa, grupo que al final consigue su propó- sito de celebrar la feria en la Plaza Mayor616.
Por el contrario, según la encuesta estadística del Gobierno Civil, el panorama referente a la importancia comercial de la feria cambia, pues el municipio responde al apartado de las ferias que sólo celebra una –la de San Andrés- de escasa impor- tancia, puesto que no acude ganado de ninguna y solo se al comercio de quincalla y bisutería al por menor...617. Se trata del primer indicio de la decadencia que la feria de San Andrés padecerá en la última década del siglo. Y serán sobre todo los datos que aportan los expedientes de las subasta del arrendamiento de sus puestos –por un año-, los que vayan trazando ese recorrido decadente de la feria, sobre todo a partir de 1896, ya que si en 1888 la puja fue rematada por Joaquín Fluxá Aznar en un total de 920 pesetas618, y dicha cifra se incrementó hasta alcanzar las 1.250 pesetas
“Hablillas”, en El Vinalopó, número 36, del 13 de noviembre de 1884. Sig. PH-39. AHME.
614 Sig. 30-57. AHME.
615 Los restantes nombres son José Chorro, Miguel Pérez, Santiago Torres, José Casanova,
Constantino Ruiz, Ramón Antón, Francisco Aznar, Juan Bautista Castaño, Manuel Pomares Ceva, José Beltrán y López, Antonio Pascual, Ibarra y Agulló, José Escobar. (Sig. 33-57. AHME).
616 Según especifica el informe municipal firmado por la comisión de ferias y mercados de la ciudad –Tomás Soler, Carlos Antón, Juan Ripoll y Vicente Alonso- la feria se extenderá desde la calle de la Victoria, la Troneta de Aguas, y la carretera hasta el huerto de Gil. (Sig. 33- 57. AHME).
617 En “Correspondencia” municipal de 1887, Legajo de Fomento. (Sig. D-83-1. AHME).
618 Subasta rematada por Joaquín Fluxá Aznar. (Sig. 33-41. AHME).
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