Page 169 - Agua, Tierra y Capital
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Unido a este núcleo permanente comercial que suscitaba el nuevo mercado, también dentro de la vila, se consolidan dos áreas comerciales: la Calle Salvador, –bajo la influencia de la iglesia del Salvador-, y vía de comunicación con el raval de Sant Joan, que desarrolla una enorme actividad comercial, tanta que según algún denuncia de 1892, era difícil el tránsito de los clientes debido a que los productos las tiendas y establecimientos se exponían en la misma calle612. Dicha actividad comercial mantuvo su actividad hasta la segunda mitad del siglo XX. Otro núcleo será el que surja en torno a la recién creada plaza o glorieta del Dr. Campello, a partir de 1891, ya que el nuevo espacio abierto en el centro de la vila ofrecía muchas posibilidades para el ocio, como conciertos o espectáculos.
De tal modo que, a principios de los años noventa, ya encontramos los tres espacios comerciales que forman un triángulo de gran volumen y diversidad comercial en el centro urbano, en torno al cual gire tanto la sociedad, como la morfología y evolución urbanística de la ciudad contemporánea.
Serán numerosos los nuevos establecimientos que apuesten por este triángulo. Pero estos nuevos núcleos hemos de sumar las nuevas dimensiones del mercado de la Plaza Mayor, que entre otras cosas, eclipsará la feria de San Andrés, que irá perdiendo importancia a pasos agigantados durante los últimos quince años del ochocientos. De modo que, la feria de San Andrés no podrá soportar la competencia del nuevo comercio y su paulatina desaparición debe de ser interpretada como un rasgo más de la contemporaneidad. En cambio, el caso de la pequeña feria de San Antón tendrá una evolución distinta, ya que refuncionalizará hacía un aspecto más festivo que estrictamente comercial.
2.4.2.2.3. Las ferias
En cuanto a las áreas de venta menorista no permanente como es el caso de las ferias anuales, en Elche se celebran dos, las citadas de San Antón y San Andrés, y responden a un carácter comercial pero también lúdico o festivo, sobre todo en el segundo caso, ya que los datos económicos que se conservan acerca de la feria de San Antón nos hablan de un escaso volumen de negocio e indican su dimensión más festiva y tradicional.
En cuento a la de San Andrés, aunque su actividad económica es superior, tam- poco registrará un volumen comercial considerable, que, como ya hemos dicho, se irá debilitando como indican los datos de la puja por el arrendamiento de sus
612 Denuncia de El Barullo debido a los cajones que los comerciantes tienen expuestos en la calle Salvador que impiden andar a los viandantes. (Sig. 2-62. AHME).
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