Page 83 - Agua, Tierra y Capital
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de una empresa particular para su exclusivo aprovechamiento, Elche habría sufrido habría sufrido un perjuicio tan inmenso como irreparable, y jamás lamentaríamos bastante tan criminal abandono...222. Más arriba de este párrafo, Coquillat advierte del interés que la empresa de los ferro-carriles andaluces ha demostrado [...] en más de una ocasión, de comprar aquellas aguas que son tan necesarias, tan indispensables a esta preciosa ciudad víctima con mucha frecuencia de sequías casi interminables.223
Pero, a pesar de las esperanzas que se habían depositado en un proyecto tan necesario como El Planet, éste será un fracaso. El agua no llegará hasta los domicilios de los ilicitanos hasta bien entrado el siglo XX, merced al trasvase del Taibilla. No hemos encontrado documentos que aporten información sobre las causas del fracaso, pero podemos sospechar que fue producto de la falta de financiación y apoyo municipal, del choque de intereses que, probablemente, decantó a la corporación municipal en favor de la renovación de la traída de las aguas de las Barrenas.
2.2.3.2. Aguas de la fuente de Las Barrenas
Como ya hemos visto, la conducción de las agua de las barrenas data de fi- nales del siglo XVIII, por tanto, dicho proyecto se limitará, en estos momentos finales de la década de los ochenta y tras el fracaso –más o menos inducido- de las aguas de El Planet, a reformar o sustituir las infraestructuras -obsoletas e inservibles, pertenecientes a las obras del Obispo Tormo- todavía existentes en el trazado desde el manantial.
En junio de 1890, el Alcalde de la ciudad da cuenta del proyecto de aguas potables que en octubre del año anterior se le había encargado a Pedro León, maestro de obras municipal.224 Pocos días después, en la sesión del 26 de junio, el proyecto de aguas potables queda aprobado por la corporación municipal.225 El agua se trae de la conocida fuente de las Barrenas, a través de una nueva instalación de tuberías de hierro, según los planos de Pedro León. Pero el plan encontrará pronto los primeros problemas, quizá derivados de esta conducción metálica. A finales de mayo de 1891, las obras todavía no se habrán terminado. Los periódicos ilicitanos no confían en el proyecto que dirige el Ayuntamiento, y sobre todo, en ese momento, en que Jaime Brotons está a punto de ser sus-
222 Ibídem.
223 Ibídem.
224 Libro de Actas Municipal, 12 de junio de 1890. (Sig. a 181. AHME).
225 Libro de Actas Municipal, 26 de junio de 1890. (Sig. a 181. AHME).
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