Page 118 - La Libreta Gris - La otra crónica de Elche: 2008-2017
P. 118
partido quien estaba afilando algún viejo sable oxidado, reaccionó a tiempo y puso a disposición de la militancia la mejor válvula de escape: una asamblea. Eso sí, controlando sus riesgos. Sabía que, pese a que las voces críticas por la derrota haberlas háylas, no llegaría la sangre al río, como así fue. Unos cachetes cariñosos por parte de algunos, unos propósitos de enmienda e integración y, hala, asunto liquidado. Esto no es PSOE de Alicante, aquí hay responsabilidad; tampoco es el PP, aquí hay asambleas para que la militancia se explaye. Y después, a tomarnos unas cañas. Vale.
El PSOE afronta una etapa totalmente nueva en el actual periodo democrático: ejercer de oposición. En la asamblea se habló de qué se debe hacer en el PSOE de puertas para adentro, pero nada se dijo sobre cómo se trabajará en la oposición. Una labor que se adivina dura y que a las primeras de cambio ya ha provocado dos bajas, las de Marisa Bartolomé (número 3 de la lista) y de Delia Alarcón (10), que no están por la labor de servir al pueblo de manera desinteresada teniendo como tienen sus plazas (y sueldos) de funcionarias. Una primera evidencia de los tiempos que vienen. Hubo quien en la asamblea de ayer le pidió a Soler que no se vaya a la Diputación, como es previsible, y que aguante aquí cuatro años como jefe de la oposición. O que (se puede leer entre líneas) deje el escaño municipal y hasta la secretaría general. Renovación total, nada de paños caliente. Sin embargo, la petición no cuenta con un respaldo importante, porque ante todo no se quiere dar al PP el placer de un PSOE local a la greña y descabezado. Y es que hasta los críticos ilicitanos son otra cosa. Tantos años en el gobierno local y como referente del socialismo en la Comunitat, les ha conferido un sentido de la trascendencia más allá del cumplimiento del deber. Superado el primer trámite, habrá que ver cómo se arman los socialistas para aguantar estos cuatro años. Y algo fundamental: saber si Soler, aunque pase a un segundo plano en el terreno institucional, quiere seguir controlando los hilos del partido y, por lo tanto, mantener plenos poderes para nombrar a su sucesor; o si delega parcelas de responsabilidad y asume la participación de voces críticas para abrir un proceso sucesorio consensuado. En el primer caso, las hostilidades volverían a abrirse y las consecuencias no serían tan incruentas como las de ayer. Ya ves, Venancio, cómo cambian los tiempos en el PSOE. Y más que lo harán. (05/06/11)
118