Page 174 - La Libreta Gris - La otra crónica de Elche: 2008-2017
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antiguo hombre de teatro marcará una de las páginas más atípicas de la historia de la centenaria agrupación ilicitana, pero a la vez constituye una clara manifestación, casi una revelación, de los tiempos que corren en política. Destacado militante comunista (rama intelectual), se sentó a la diestra del último alcalde franquista, Vicente Quiles Fuentes, en la Mesa del Pacto de Elche (versión local de los Pactos de la Moncloa) en 1978; concejal por esa misma formación en la primera corporación municipal, presidida por Ramón Pastor (1979-83); a mediados de los 80 se apuntó al PSOE como otros camaradas desencantados; luego se dio de baja para que tal condición no interfiriera en sus labores empresariales en el mundo de la comunicación –aunque, evidentemente, su corazoncito siguió sintiendo los colores– y en esa situación se encontraba cuando Alejandro Soler le propuso pasar de consejero áulico a concejal independiente en su lista del 2011, levantando no poco revuelo y críticas internas entre los de siempre y algunos más. Rodes aceptó el envite y aunque entonces aún no había sido ungido como el Sucesor, se dio de alta de nuevo en el partido. Más vale militante prevenido que independiente en babia, pensó, tal vez consciente ya en su foro interno de que sería llamado en breve a más altos cometidos.
Ya en los plenos se notaba que iba ganando protagonismo como portavoz adjunto, sus apariciones en ruedas de prensa se hacían más frecuentes y los observadores más perspicaces advirtieron que algo se estaba cociendo. Acostumbrado a ser paciente –virtud que adquirió en su etapa comunista–, esperó hasta otear su oportunidad. Y la vio. El cambio de sensibilidad en la dirección regional del PSPV dejó a Alejandro Pérez, portavoz municipal y delfín de Soler, sin el sustento económico que venía recibiendo como asesor jurídico de Valencia, y tras sentirse abandonado por su antiguo amigo y mentor, renunció a su primogenitura socialista y se fue a un despacho (de abogados). El exalcalde y secretario saliente, que estaba recomponiéndose también su futuro político vía ejecutiva comarcal rediviva para mayor gloria de cargos extintos y aspirantes sin acomodo en otras esferas orgánicas, frunció el ceño y le espetó a Pérez: "Tu quoque, Alex, fili mi?". "Pues sí", le respondió el joven letrado, y se marchó dando un portazo. "Alejandro [Soler], no te preocupes, que aquí estoy yo", se aprestó a declamar Rodes desde el pasillo. "Si tengo que sacrificarme por el partido y la partida, los compañeros y las compañeras, los ilicitanos y las ilicitanas, los parados y las paradas, y demás semejantes y semejantas, lo asumiré con la responsabilidad inherente a este momento histórico", remató. "Pues vale", le respondió Soler, sin mucho entusiasmo. Y así fue como Antonio Rodes pasó
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