Page 322 - La Libreta Gris - La otra crónica de Elche: 2008-2017
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recibo del IBI en 2016 cuando tenía que hacerlo un 10%? La respuesta a estas y otras preguntas que se pueda plantear el lector no está ni mucho menos clara. Porque son procesos en marcha, cuyo desenlace no conocemos y, por lo tanto, no contamos con suficientes elementos para determinar si son correctos o no. Y más si, como es el caso que nos ocupa, de esos cien días hay que descontar 30 que han sido prácticamente inhábiles por mor de las fiestas patronales y las vacaciones del alcalde y la mayoría de los concejales (menos Supercristina). En cualquier caso, ahí tenemos a Carlos González haciendo un balance "satisfactorio" del periodo de gracia, enumerando los logros del PSOE en particular y del gobierno multicolor en general, casi como si estuviéramos ya al final del mandato, si no fuera porque el Mercado Central sigue encallado. Advirtió, sin embargo, de que aún quedan 1.360 días, con sus noches, por delante. Así que tranquilidad. Tenemos también a Mireia Mollà y sus compromisarios haciendo balances de sus parcelas en un acto público, estilo mitin. Y ante ellos, la oposición, con Mercedes Alonso al frente, que, en mayor o menor medida, denuncia inoperancia, descoordinación, lentitud e incumplimientos –no necesariamente por este orden– en el tripartito. Son nuevos tiempos pero el ritual se mantiene. Ahora, a por los 200, a ver qué pasa. Pueden pasar muchas cosas, a tenor de cómo está el patio del gobierno tricótomo. Se apreció en el pleno extra de esta semana, una sesión que supuestamente el PP pidió para que los responsables de área expusieran sus líneas de trabajo, pero que luego se descubrió que en realidad lo que querían los populares era pregonar a los cuatro vientos lo bien que lo habían hecho en los cuatro años anteriores, pese a que el pueblo no lo supo apreciar –al menos no en su justa medida–. Allí estaba el alcalde, cronómetro en mano, aplicando con severidad los tiempos de exposición, réplica, contrarréplica y alusiones. Todo muy reglado, pero un auténtico tostón.
Menos mal que Cristina Martínez siempre se encarga de darle vidilla a las sesiones plenarias, por acción u omisión. En este caso por lo último, ya que tanto ella como su compañero ilicitano, Fernando Durá, llegaron con hora y media de retraso. Ausencias que dieron pie a especulaciones por parte de los malpensados rompegobiernosplurales de siempre. Y es que el día anterior el alcalde le había pedido a la portavoz respeto hacia él y sus compañeros de gobierno, y que en lugar de despotricar de ellos en las redes sociales, se lo dijera en la cara. Así que algunos pensaron: "¡Ya está, gobierno roto!". Pues no, porque los Ilicitanos llegaron. Y lo hicieron al mismo tiempo, aunque cada uno había estado supuestamente en sitios
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