Page 70 - La Libreta Gris - La otra crónica de Elche: 2008-2017
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PESADILLA EN ELX STREET
"Más austeridad, es la guerra!", gritaba el alcalde encaramado en lo alto de Calendura. "¡Más austeridad!", repetían abajo los fogoneros de la locomotora municipal. "¡Pero sin pasarse!" apostillaba Alejandro Soler desde lo alto. Le faltó tiempo al mandamás municipal (apenas un par de horas después de que Zapatero anunciara, cual moderno San Isidro iluminado por el Espíritu Santo en pleno Pentecostés, el advenimiento del penitencial Vía Crisis) para salir propagando a los cuatro vientos que en austeridad nadie le gana. Y antes incluso de que la Federación de Municipios y Provincias establezca sus directrices, ya se ha puesto al frente enarbolando la bandera de los recortes. Faltaría más. Dicho lo cual, sus compañeros/as socialistas del gobierno municipal se han puesto a temblar. Desde entonces están que no viven en sí. Se despiertan en plena noche, sudorosos/as, jadeantes, desorientados/as. "¿No has oído un ruido como de tijeras cortando sin parar?", inquieren a sus cónyuges/parejas/acompañantes (o a sí mismos en los casos más desesperados). "Es otra vez la pesadilla ésa. Duérmete, que desde que dijo Alejandro lo del recorte, no pegas ojo", les contestan (a cada uno individualmente en su casa, se entiende). Hay concejales que sueñan con el alcalde transfigurado en Alejandro Manostijeras corriendo detrás, haciendo chasquear las afiladas cuchillas que conforman sus dedos, y repitiendo, como en una película de esas del expresionismo alemán con muchas sombras y contraluces: "¡No corras, que no te dolerá nada. Confía en mí! ¡No corras, que es peor!". Dicen que a Blanca González ya le ha pasado varias veces. Claro, como las fiestas son tan sufridas... Encarna Marco también ha tenido más de una pesadilla de este estilo, porque el turismo también es sufrido. Pero en sus ensoñaciones quien le persigue, a ella y al concejal de Parques y Jardines, José Manuel Sánchez, es un enorme morrut roig cargado con una ensofataora venga rociarles con un liquido verduzco y pringoso. "¡A que no os gusta, verdad, pues tomad dos tazas!", les espeta el bicho comepalmeras. Pero en un momento dado, mientras Sánchez sigue corriendo, Encarna se le encara y le suelta: "¡Oye, morrut de los cojones, ¿por qué me persigues, si yo soy de Turismo?". "Ah, pues no se lo sé; se ve que me he metido en tu pesadilla sin querer. Perdona las molestias". Así que Encarna sigue con su sueño (unas enormes tijeras que, a modo de grandes aviones pilotados por clones de Emigdio Tormo, planean sobre el Palmeral amenazando con cortar las
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