Page 105 - Las Clarisas en Elche
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de Orihuela, que fueron copiados por el citado cronista local José M. Ruiz de Lope. Concretamente, las redactadas por las monjas decían:
Al excelentísimo e ilustrísimo señor don Pedro María Cubero en su regreso de Roma, las religiosas de Santa Clara de Elche:
Tornas al fin! Cuán viva la impaciencia
no perturbaba el corazón, que triste
contando iba las horas de tu ausencia!
Mal, en verdad, resiste separaciones el cariño tierno; pues todo instante es breve a la presencia
del bien que nos halaga, y plazo eterno, si, perdido una vez, hay que esperarle para, ufanos, volver a contemplarle. Llegas al fin: bendígate los cielos,
pues nos traes la alegría,
y cesan los recelos
que en prolongadas horas
en nuestras almas el temor sentía. Ve cuán halagadoras
recíbente, oh, pastor, tus ovejuelas, con sonrisa y con llanto:
mas tú también revelas,
con tu santa piedad, el que atesoras dentro del corazón júbilo santo. Porque tú desearías
volver a bendecirnos; y pensabas
en nosotras, sin duda: y pensarías que en nuestro humilde ruego
iba tu nombre a Dios... lo adivinabas: rogábamos por ti... todos los días.
Y suspiros de fuego
iban también a Dios por la victoria
del Príncipe romano,
rey de inmortal memoria;
del católico imperio soberano,
de tu trono, esplendor, del orbe, gloria. ¿Querrá acojer el cielo esas plegarias oración siempre pura
de sus contritas siervas solitarias?... Bendecidnos, Señor, que la ventura siempre la envía Dios tras la amargura.208
208 Idem, f. 193-195v. El cronista incluye los mismos versos en la primera visita del obispo Cubero a Elche, que hemos visto anteriormente (1859), aunque, seguramente, por error
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