Page 125 - Las Clarisas en Elche
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y escalera barrocos. En este mismo año, se iniciaron las conversaciones entre el Ayuntamiento y la comunidad religiosa para poder restaurar y abrir al público los mencionados baños árabes existentes en un semisótano del convento.
En 1984, ante la escasez de religiosas y siguiendo el acuerdo de la Federa- ción de conventos de prestarse ayuda intermonacal en caso de necesidad, vinie- ron a Elche monjas de otros monasterios, como el de la Santa Faz de Alicante y de Lorca, y al año siguiente, otras religiosas de los conventos de Lorca y Mur- cia. En 1985, el entonces arcipreste de Santa María, Rvdo. Antonio Hurtado de Mendoza y Suárez, sugirió contactar con un convento de Clarisas de Guatemala para recibir vocaciones. El 30 de octubre de dicho año llegaron al monasterio ilicitano dos novicias guatemaltecas, sor Isabel María y sor María Gabriela, que fueron recibidas con grandes muestras de afecto y que dieron aires renovados y juveniles a la comunidad. En años posteriores se han incorporado al convento diversas religiosas de este país.241
El 11 de enero de 1987 se recibió la visita del nuncio de Su Santidad, Mons. Mario Tagliaferri, que, presente en Elche, quiso acercarse a la comunidad para despedir a una de sus religiosas que había fallecido el día anterior.
En 1990 se iniciaron los trabajos de restauración de la portada renacentista de Santa Lucía, que fueron concluidos para la Semana Santa del año siguiente y en los que intervinieron canteros especialistas de Novelda.242 Y en mayo co- menzaron trabajos de rehabilitación del propio convento tras el estudio integral realizado por el arquitecto Marius Bevià por encargo de la Dirección Gene- ral de Patrimonio de la Conselleria de Cultura de la Generalitat Valenciana. Fue detectado un grave problema de humedad ocasionado por la contraséquia que daba servicio al edificio. Como intervención más urgente, se llevó a cabo «una buena obra realizada en la sala de labor (renovación de techos, cambio de ventanas, reparación de armarios, pintura general), claustro alto (pintura de la totalidad), once celdas, claustro bajo y escaleras (reparación de grietas y pintura general), ventanas y puertas (repasadas y pintadas)... obras costosas que se iban pagando con donativos».243
241 Sobre la problemática de las vocaciones en el convento ilicitano y sobre la historia reciente y la vida interior del mismo, resulta de gran interés la entrevista realizada a sor Manuela Jerez, vicaria de la comunidad y monja durante sesenta y un años: G. IRles, «Sor Manuela Jerez, un rayo de luz», Información, 01-04-1984, p. 19.
242 Marius BevIà I gaRcía, «La restauración de la portada de Santa Llúcia», Festa d’Elx, 46 (1994), p. 25-40.
243 J. MIlláN RuBIo, op. cit., p. 654.
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Siglo xx

