Page 151 - Las Clarisas en Elche
P. 151

§ III. Los siervos del Señor muy claramente entienden aunque no les hablen claro. La vocación que hizo Christo a san Pedro la entendió san Iuan por sí, y le siguió sin llamarlo. La bendita religiosa de quien tratamos, en el establillo, y pesebre hablava, y entendía a Christo. El siervo de Dios en qualquiera parte halla motivo, y ocasión para cumplir sus espirituales desseos. A este propósito nos refiere una cosa bien notable Nicephoro Calixto de un glorioso mártyr llamado Luciano: Es el caso que estando preso, y condenado a muerte, en tiempo del emperador Maximiano, juntamente con otros christianos por serlo dávales pena el no tener buena conmodidad para recibir el viático: Pero el sagrado mártyr vio una religiosa maña, y fue baxarse, y entre sus manos, pecho y rodillas, consagrar el sanctíssimo Sacramento, y desta manera, y con este divino disfraz se comul- gava assí, y a los cathólicos, ocultando este Divino thesoro a muchos gentiles, que juntamente allí estavan presos, por no echar las margaritas a los puercos (como Christo nuestro Señor mandó). Y dize el author: Sacrum id in carcere per si ciebatur, &. Ecclesiae specimem sacer ille chorus representabat. Esta sagrada obra, y divino Sacramento se hazía, y consagragava en la cárçel, y aquel sagrado choro, representava una viva señal de templo. De tal manera que de cárçel hazían templo: O, fe sagrada, y quánto puedes en los pechos católicos? A nuestra reli- giosa Ángela Martínez de Miedes de quien es el presente capítulo, muy fácil le fuera hazer de cárçel templo, pues estava habituada a hazer de pesebre y establillo Bethlehen donde Christo nuestro Dios nació.
§ IIII. En este mesmo convento de Santa Clara de Elche ay memoria y tradi- ción antigua de una religiosa (cuyo nombre no pude haver) obedientíssima con toda puntualidad. Quande se huvo de morir le dixo la abbadessa: Hermana, ya veys la necessidad extrema que tenemos de agua (avíala muy grande) pues siem- pre en vida aveys obedecido, no seays en muerte menos obediente. Yo os mando por santa obediencia, que le supliqueys a Dios nuestro Señor nos remedie con agua. Yo lo haré (dixo) señora abbadessa. Fue cosa de muy grande maravilla que al punto que començaron el officio funeral de su entierro començó a llover copiosamente. Y no me espanto que a la obediencia todo le es devido, mediante la divina misericordia. Después de aver vivido esta sierva de Christo vida santa y muy ejemplar, passó a gozar de su dulcíssimo esposo año de 1527, día de la Visi- tación de la sacratíssima Virgen. Quedó tanta fragancia en el aposento que murió, y hasta que la enterraron, que parecía un negocio de gloria. Tenía todo el pueblo tan grande opinión desta santa religiosa, que todos los que pudieron traxeron rosarios y otras cosas, para tocar a su cuerpo con grande devoción: El qual está sepultado en su convento, donde descansa en el Señor, y en paz.
Gloria al Señor.
149
Apéndice documentAl






























































































   149   150   151   152   153