Page 154 - Las Clarisas en Elche
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La venerable madre sor doña Ángela Martínez254
[Dibujo de la religiosa sobre escudo]
La venerable madre sor doña Ángela Martínez Miedes, natural de la villa de Elche, donde nació de ilustres padres, que lo fueron don Dionisio Martínez, y doña Isabel Miedes, vistió el santo ábito de San Francisco en el combento de San Juan Bautista de la Penitencia de Orihuela, donde vivió con notable exemplo de toda la comunidad, y tanta satisfacción de los superiores, que a su tiempo fue destinada para fundadora del monasterio de su patria, Elche, en el de 1517. Luego que esta sierva de Dios pasó a dicha fundación, conociendo que se le duplicaban los títulos, o respetos de su obligación, a ser más perfecta, por haber de servir de modelo, y exemplo a sus hijas, y demás religiosas, se aplicó a todos los exercicios espirituales con tanto tezón, y anelo que dio muy ayroso desempeño al expresivo de su nombre, haciendo una vida más angélica, que humana. Era muy prudente, retirada, humilde, y obediente, de modo que hasta las más leves insinuaciones de sus mayores, y preladas, las entendía, y apre- ciaba como si fueran rigurosos preceptos. Fue aplicadíssima a los exercicios penales y muy constante en ellos, de suerte que en los ayunos era casi continua, contentándose con los desperdicios de las demás religiosas en el refectorio; suponiendo que jamás comió carne, si no es que alguna gravísima enfermedad le obligase, juntamente con el fuerte precepto de quien se lo podía poner. Su vestido exterior era el más pobre ábito, haciendo gala del que estaba más viejo, más inútil, más roto, o más remendado, y su túnica interior un riguroso, despia- dado y cruel silicio; su calzado ordinario era alpargates de cáñamo, o sandalias, y siempre de las que habían desechado ya las religiosas. En correspondencia de estas mortificaciones, era la cama, que tenía para descanso del cuerpo, y todos los restantes exercicios.
Esto era en quanto a la vida activa, y exterior, pero en la contemplativa parecía ya habitar los celestiales atrios de la divina, y santa Jerusalén, sin que le alcansasen, salvo en el preciso común tributo, las leyes, o pragmáticas del aparente imperio de la mortalidad; estableció en ambos santos monasterios, si- guiendo la loable y antigua costumbre de la religión seráfica, el que los maytines se dixesen a la media noche, y asistía a ellos con tanta compostura, vigilancia,
254 El apartado dedicado a sor Ángela Martínez de Miedes está claramente basado en el capítulo x, libro Iv de la Crónica de la provincia franciscana de Cartagena, de fray P. M. oRtega (Madrid, Imp. F. J. López, 1740-1752), vol. I, p 173-175 (ed. facsímil en Madrid, Cisneros, 1980-1981). Éste, a su vez, se inspira, con alguna confusión al final del texto, en la obra de M. de huélaMo, que hemos transcrito en el documento núm. 2.
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