Page 15 - Con Olor a Hierro - Charo Martinez
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ORÍGEN MATERNO
Mercedes, un precioso nombre para una mujer, nació en 1925, hija de otra Mercedes y de su marido Ángel, en el barrio del Palmar de Murcia. Eran una familia mucho más que humilde, por lo que, siendo Mercedes todavía muy pequeña, sus padres se trasladaron a vivir a Alicante en busca de trabajo.
Ángel falleció muy joven, a los 26 años a causa de una tuberculosis.
Cuando murió Ángel, Mercedes madre se casó con Manuel y tuvo a su segunda hija, Lola. Manuel trabajaba como peón en la RENFE cuando, un día tuvo un fatal accidente, metió un pie en una balseta de alquitrán hirviendo, se lo quemó y de ahí cogió la gangrena que acabó con su vida
Mercedes madre, y por lo visto por su incapacidad para vivir sin un hombre, se juntó con otro, pero sin casarse, que seguramente sería muy bueno y muy trabajador, pero que le hizo barriga tras barriga hasta que Mercedes madre se encontró con seis hijos, todos pequeños y viuda de nuevo.
A esta familia le tocó vivir la guerra civil en Alicante, que, por cierto, allí fue más devastadora que en otros sitios, dicen que por el puerto. Mucho miedo y muchos bombardeos, unidos a la escasez de todo, hicieron que Mercedes y su familia pasaran mucha hambre, hasta el punto de tener que comer pieles de plátano y otros desperdicios recogidos del suelo. A tal extremo llegó su condición de pobreza que Mercedes madre tuvo que llevar a sus hijos más pequeños a la Beneficencia, para así ella poder trabajar como cocinera en fondas y bares.
Mercedes hija y sus hermanos se criaron prácticamente solos, ella se empleó de criada y limpiadora en casas ajenas y su hermana Lola se fue a servir a una casa de campo en Torrellano. Seguramente y gracias a eso estaba bien alimentada.
Mercedes madre era menuda y delgada, con el pelo rizado natural que peinaba hacia atrás sin más florituras. Alcohólica de toda la vida, mejor dicho, de casi toda su desgraciada vida. Con ella poco se podía contar, aunque era buena cocinera y llevaba a casa algo de dinero y comida que podía repelar en la cocina, pero por su adicción al alcohol, muchas veces había que salir a buscarla porque no podía regresar sola.
En cuanto a los chicos, cuando salieron de la “Beni”, (así la llamaban) vendían jazmines en la Explanada. Iban a los jazmineros que crecían silvestres y ensartaban las flores en pinochos de pino, haciendo así ramilletes que pinchaban en un trozo de corcho. Tras muchas horas dando vueltas por la Explanada de Alicante, conseguían venderlos a los turistas y regresaban a casa con algo de dinero.
Mercedes hija tuvo una infancia desgraciada, carente de todo, de cosas materiales y también de moralidad, bajó muy rápidamente las escaleras de la vida, casi a trompicones.
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